Bogotá, 5 de mayo de 2020
Llegó la quincena, así tituló el nuevo socio incondicional del presidente Duque la columna de opinión que escribe en el periódico el tiempo del pasado domingo. Llegó la destrucción de lo poco que aún queda de derechos laborales para los millones de trabajadores en Colombia es el anuncio de Vargas Lleras, enumerando un ramillete de medidas que desde hace tiempo, éste y los anteriores gobiernos han intentado hacer realidad en la legislación colombiana, no lo han podido cristalizar por diversos motivos, pero ahora, como vulgares salteadores de camino, aprovechan la grave situación creada por la crisis económica y sanitaria en que nos encontramos, confinados para más, producto de la pandemia del coronavirus, para nuevamente intentar propinar un garrotazo matrero a los trabajadores, como regalo del primero de mayo.
La propuesta tiene entre otra, la reducción de los salarios, la revisión de los contratos de trabajo y las convenciones colectivas con suspensión incluida, el salario mínimo por horas, flexibilizar los horarios de trabajo, sin reconocer dominicales festivos y recargos nocturnos, eliminar las primas de junio y diciembre, suspender las cesantías y los intereses de cesantías eliminar los subsidios de transporte y las dotaciones obligatorias, flexibilizar los costos de despido, y quien sabe cuántas barbaridades más, y lo dice con cinismo, “yo sé que todas estas propuestas son delicadas e impopulares, pero necesarias si se quiere evitar una masacre laboral” , por ultimo señala que la nueva emergencia económica que va a decretar el gobierno de Duque, debería usarla como sustento constitucional para expedir las reformas laborales planteadas.
Todo lo anterior está dese hace rato planteado por los organismo internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, en el marco de la exigencia de una reforma laboral y pensional que se acomode a los tiempos modernos, es la total flexibilización del mercado laboral, condición que es necesaria para que el gran capital financiero internacional y los grandes monopolios y multinacionales descarguen sobre los hombros de los trabajadores las consecuencias de la crisis económica mundial que ya estaba avanzando antes de la pandemia del coronavirus, la superproducción de mercancías, el gran sobrante de capital y la especulación financiera. Siempre el imperialismo norteamericano busca resolverlo con el abaratamiento de la mano de obra y el sometimiento despiadado de los países y naciones bajo su control, así como sacando del camino a todas las demás naciones que hacen resistencia a sus tropelías.
La Central Unitaria de Trabajadores, CUT, rechaza rotundamente esta y cualquier otra propuesta que desmejore las condiciones laborales ya de por si deterioradas que tenemos los trabajadores en Colombia, reiteramos que la crisis que atravesamos, debe ser atendida de manera directa por el Estado, metiéndose e la mano al bolsillo para financiar los sectores determinantes para afrontar la pandemia, por ello debe financiar directamente el sistema de salud, otorgar subsidios monetarios y en mercados a la población vulnerable en confinamiento obligatorios, crear la renta básica universal, financiar el pago de la nómina por los tres meses y subsidiar a las empresas medianas y pequeñas para que no se quiebren y así aportemos todos a la reconstrucción de la economía posterior a la pandemia. Esto es todo lo contrario a la que plantea Vargas Lleras y Duque en su pretendida reforma laboral, preparémonos para combatirla y derrotarla.
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