{image}http://eldia.co/images/stories/170811/003.jpg{/image}En la Universidad de Caldas, entre el 5 y el 7 de septiembre se llevara a cabo el seminario internacional: Ciencia, avances y perspectivas frente a la mega minería, que le dará cita a académicos y activistas interesados en las consecuencias de la explotación minera en el país.
La particularidad de la presencia de actores armados ilegales en el país, se presenta como una variable importante en el desarrollo de la economía, la política y la industria en el país.
La crítica situación frente a la seguridad impidió durante mucho tiempo que ingresara la inversión extranjera, generando serios problemas en cuanto al desarrollo científico y tecnológico, generación de empleo y, en general, aumento del bienestar de la población. Desde la anterior afirmación el gobierno Uribe implementó la política de seguridad democrática, desconociendo tanto los orígenes y causas latentes del conflicto social, político y armado que se desarrolla en el país, como incentivando políticas de “confianza inversionista” las cuales han dejado nocivas consecuencias para las garantías y derechos laborales de los trabajadores colombianos.
El boom minero que se presenta en la actualidad, ha sido acompañado del establecimiento de disposiciones legales orientadas a estructurar una política minera nacional impulsada por el Ministerio de Minas y Energía. Grosso modo se destaca el “Plan Nacional de Desarrollo Minero” y los distritos mineros de la Unidad de Planeación Minero Energética.
Es el capital extranjero quien ha encontrado posibilidades de inversión y crecimiento, donde el lugar de los países del tercer mundo se reduce a oferente de recursos naturales y demandante de productos manufacturados e incluso alimenticios. Sumado a esto, la economía extractiva que se desarrolla en el país da lugar a la explotación intensiva de los recursos naturales, beneficiándose de la ausencia de impuestos, la alta disponibilidad de mano de obra barata y la posibilidad de externalización de los costos ambientales, sociales y culturales derivados de la actividad.
Esta realidad impele a los académicos latinoamericanos a generar reflexiones en torno a las consecuencias sociales, económicas, ambientales y políticas derivadas de la explotación minera, desde una mirada interdisciplinar que permita construir alternativas y propuestas de desarrollo que si bien cuenten con el sector minero energético, lo haga desde una postura ética, humana y amable con el medio ambiente.