{image}http://eldia.co/images/stories/170811/004.jpg{/image}Durante el encuentro por la paz desarrollado en Barrancabermeja el pasado fin de semana, mas de 30000 ciudadanos provenientes de diferentes lugares del país, ratificaron su postura de buscar caminos de dialogo para la solución política al conflicto colombiano.
Según Camilo Castellanos, director de la Asociación Minga, el evento permitió que sin limitaciones o restricciones, y desde un dialogo pluralista y democrático, los asistentes -en su mayor parte campesinos- dieran sus puntos de vista frente al conflicto, posibilitando la construcción de senderos de resolución política del conflicto social, político y armado que vive el país por casi 50 años.
Durante el evento se demostró claramente el compromiso y la voluntad de paz que tiene el pueblo colombiano, el cual contrasta con la falta de voluntad política del gobierno nacional por dar una pronta salida dialogada al mismo.
Según analiza Castellano, el actual gobierno se enfrenta a presiones ejercidas por un amplio sector simpatizante con la política de seguridad democrática impulsada por la administración Uribe, quienes ven en Santos una falta de firmeza e incluso una abierta traición a la política guerrista de Uribe. Las presiones de esa oposición de derecha le generaran a santos dificultades a la hora de dar lugar a mesas de dialogo con los actores armados.
El martes 16 de agosto Santos declaro «el Estado está dispuesto a abrir la puerta de un posible diálogo a quienes quieran dejar el terrorismo y reintegrarse a la vida civil». Seguidamente resalto que no ha visto una demostración «válida» de que los grupos guerrilleros quieran iniciar algún acercamiento. Las declaraciones de Santos parecieran ser una respuesta a las cartas enviadas por los grupos insurgentes al evento de paz donde ratifican su voluntad de dialogo para la paz con el gobierno y la ciudadanía colombiana.
Por último, el director de la Asociación Minga, resalto la necesidad que tanto el gobierno, como los grupos armados ilegales y la ciudadanía, comprendan que mantener un conflicto armado como el colombiano es una total insensatez en el contexto actual. Tanto el costo económico, como político, ecológico y cultural, se presenta como un gasto supremamente elevado dadas las necesidades nacionales y las tensiones internacionales que se derivan del modelo actual, lo cual debe potenciar una actitud de dialogo que permita dar fin a la guerra.