{image}http://eldia.co/images/stories/280312/002.jpg{/image}El Gobierno ha iniciado una ‘cacería de brujas’ contra los estudiantes de las universidades públicas, especialmente de la Pedagógica en Bogotá; utiliza como excusa el accidente que le costó la vida a tres estudiantes en Suba (Bogotá) el domingo pasado.
Las causas reales de la explosión aún se desconocen, pero la fuerza pública se apresuró a asegurar que se trataba de nexos con la insurgencia. El secretario de Gobierno de Bogotá, Antonio Navarro Wolff, sumó ‘leña a la hoguera’ al afirmar que había infiltración de la guerrilla al interior de la Universidad Pedagógica. Estas razones infundadas se han convertido en un “motivo para el señalamiento hacia los estudiantes de las universidades públicas y al departamento de Ciencias Sociales de la Pedagógica”, indicó Augusto Pérez, líder estudiantil de este centro universitario.
Por el momento, el gobierno ha optado por cerrar las puertas de la universidad para implantar un programa de seguridad, lo que llevará a que se abran las puertas pero “para que entren las tanquetas y el Esmad”, y se implemente un estatuto más represivo contra la comunidad estudiantil.
El movimiento universitario de esta institución se ha dividido en dos grupos, uno acompaña en solidaridad a la familia de los jóvenes fallecidos y otro grupo realiza actos simbólicos alrededor de la universidad, como dice Augusto, “es inminente la militarización y el cierre de la Universidad. Tenemos que mantenernos concentrados en la Universidad para impedir el cierre, porque sabíamos que el Gobierno nos iba a cobrar la movilización estudiantil”.
Para los estudiantes de esta Alma Mater, los actos del Gobierno en su contra responden a una “política donde se pretende desmejorar la calidad de la profesión docente. Hoy en Colombia no se puede hablar de una profesión docente digna”. Como dato curioso, la Universidad en Tunja donde falleció un estudiante durante una protesta hace una semana también era Pedagógica.