La Reforma Pensional que presentó el Gobierno Nacional con el respaldo de los trabajadores y trabajadoras representados en las centrales obreras: CUT, CGT y CTC, persigue una atención a los sectores más vulnerables de la población en su vejez y un avance en la responsabilidad del Estado a través de Colpensiones.

Los pilares solidarios y semicontributivo tienen como objetivo, atender a las personas que nunca cotizaron, es el caso del solidario que se les dará $225.000 mensuales, y aquellos que cotizaron entre 300 y 999 semanas, el semicontributivo, en vez de devolución de lo cotizado, se entrega una renta vitalicia, que inicia en el valor de la pobreza unos $350.000 y será mayor en la medida que tenga más semanas cotizadas.

La ley 100 de 1993, fue un engaño y una trampa para la población en general, no amplió la cobertura y terminó subsidiando a los fondos privados que hoy acumulan $421 billones impidiendo la solidaridad intergeneracional al quedarse estos fondos con los jóvenes y solo con 328.000 pensionados, mientras Colpensiones se quedó con la población de mayores de 50 años y con la carga de 1.750.000 pensionados. Así, los fondos privados no pensionan y al 58% de sus afiliados terminan devolviéndoles sus aportes.

Es un régimen que no pensiona y sólo sirve para enriquecer a los administradores de los fondos.

Por ello la Reforma Pensional es necesaria para avanzar en los cambios de éstas profundas desigualdades, una de las medidas que contribuirían a cambiar estas desigualdades en el sistema corresponde al umbral obligatorio de cotización a Colpensiones.

Para que el sistema sirva para reducir el déficit fiscal el más aconsejado es el de 4 salarios mínimos.

De una parte, recupera la solidaridad intergeneracional que asaltaron los fondos privados, de otra, fortalece el régimen de prima media de Colpensiones aumentando la cobertura. Adicionalmente, el sistema tendría mayores recursos para atender el pilar semicontributivo y por último no castigaría tanto a la clase media que es un sector, el que está en Colpensiones, que ha luchado por dicho régimen y podría así mantener hacia la vejez un mejor poder adquisitivo.

En 4 salarios mínimos estaría el 90% de los actuales cotizantes. Les sirve a los trabajadores y al estado, contribuyendo así a redistribuir en sectores poblacionales vulnerables.

Y claro, los fondos privados se marchitarían mucho más rápido, que con un umbral menor.

Por eso Asofondos y los grupos Aval y GEA, vienen en una campaña para reducirlo significativamente, cuando no logren hundir la reforma, a lo que le están apostando.

Ya lo han bajado a 2.3, ante lo cual las centrales obreras ya han manifestado su total inconformidad.

Ésta es la lucha que hoy se da en la plenaria de la cámara. Sin desconocer todo lo positivo que tiene la reforma, este umbral se constituye en el alma de la reforma para avanzar en el derecho pensional, obviamente quitándole privilegios a los fondos privados.

Entre más alto el umbral, más derechos y entre más bajos más privilegios para el sistema financiero, representado en los fondos privados.

Por consiguiente, llamamos a los y las representantes a la cámara a tener en consideración la propuesta de que el umbral de cotización sea de 4 salarios mínimos.

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