El llamado traspatio de Estados Unidos, como lo calificó una vez el secretario de Estado, John Kerry, tuvo una reacción de ira tras conocerse detalles de las actividades de las agencias de espionaje en el continente, señala un artículo del diario Stars and Stripes.
Esto sucede después que el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joseph Biden expresaron recientemente sus intenciones de mejorar los vínculos con las naciones de la región, agrega el periódico.
Carl Meacham, exasesor del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, considera que el caso Snowden ha echado un balde de agua fría sobre los planes para estrechar las relaciones con América Latina y el Caribe.
Según Meacham, a pesar de que la controversia no detendrá los acuerdos comerciales y la cooperación en temas de energía, va a ser muy difícil para la Casa Blanca proyectar una imagen de buena vecindad hacia la región, cuyos gobiernos perciben ahora más que nunca al país norteño como «la gran potencia imperial».
En sentido similar se expresó Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, otro de los centros de estudios ubicados en la capital estadounidense, que investiga la dinámica de la política hacia el Hemisferio Occidental, según Stars and Stripes.
No creo que el asunto paralice las relaciones, pero constituye un serio revés para los vínculos con países que tradicionalmente han sido amistosos con Estados Unidos, como México y Brasil, añade el académico.
La vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki, reconoció que el gobierno norteamericano obtiene información de inteligencia sobre las naciones del área, y esto evidentemente creará graves dificultades en las relaciones bilaterales, por lo que se mantendrán contactos privados con las autoridades de esos países, agrega el artículo.
Psaki reiteró las amenazas contra cualquier nación que otorgue asilo a Snowden, quien permanece desde el 23 de junio pasado en el aeropuerto internacional de Sheremetievo de Moscú, Rusia, país al que el también exagente de la CIA pidió asilo provisional.
Snowden entregó el mes pasado a la prensa documentos clasificados que revelan programas de espionaje del gobierno estadounidense que afectan entidades comerciales e instituciones privadas y públicas de otros 35 países.
El excontratista de la NSA ha solicitado asilo político a 27 naciones, la mayoría de las cuales rechazaron su solicitud, o pusieron como condición que el demandante se encuentre en su territorio.
Los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia dijeron que estaban dispuestos a ofrecerle refugio.
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