{image}http://eldia.co/images/stories/280112/004.jpg{/image}Las cifras del Gobierno sostienen que la economía nacional creció 5.5% en el 2011. Más que susto, este porcentaje causa preocupación entre los expertos, significa que los colombianos se están sobre endeudando y recorren el mismo camino que ha llevado a Europa a la crisis.
El crecimiento de la economía nacional se sostiene en primera medida por inversión extranjera directa, porque la tasa de captación que tiene el Banco de la República es la más elevada de los estándares internacionales. Pero esa inversión no se refleja en la economía nacional. Está siendo orienta a comprar empresas ya constituidas, lo cual quiere decir que no se están creando nuevas empresas, no se están generando nuevos empleos y, mucho menos, empleos de calidad. Para complemento, esa inversión está dirigida al sector minero, a la extracción, que se reduce a empleos precarios y mal pagos.
En este sentido, de acuerdo con Germán Caballero, directivo de la Unión Nacional de Empleados Bancarios (UNEB) y especialista en finanzas, “el hecho de que haya crecimiento no quiere decir que el conjunto de la población sea partícipe de ese crecimiento. No es lo mismo que la generación de unas condiciones de vida para la mayoría de la población, porque la inversión extranjera está llegando a unos nichos específicos y no a una gran capa de la población”.
Sin embargo, y aquí se halla el agravante del análisis, el fuerte del crecimiento económico es el consumo privado que hacen los hogares. La realidad es que la economía nacional está sostenida en la compra de bienes y servicios que hacen los mismos colombianos dentro del mercado interno, y estas compras las hacen a crédito. “La situación que se está dando es que el colombiano está cambiando la cuenta que tenía en la tienda del barrio por el plástico (tarjeta de crédito) con el cual debe su mercado”, expuso Caballero.
El año pasado se registró un crecimiento del crédito de un 25%, que ni siquiera se invierte en patrimonio sino en canasta básica, en moda o elementos de consumo masivo. En consecuencia, el colombiano se está sobre endeudando y, de esta manera, recorre el camino que llevó a los griegos, españoles, estadounidenses y portugueses a la crisis financiera que hoy enfrentan y de la cual no saben cómo salir.
Estas son las consecuencias de imitar el capitalismo y las medidas neoliberales que benefician a los que tienen capital, a cambio del sacrificio del pequeño trabajador. Caballero aclara: “El endeudamiento privado de los hogares colombianos es la otra cara del endeudamiento público. Cuando los Estados se sobre endeudan, en el caso colombiano para sostener la guerra y la corrupción, necesariamente terminan incumpliendo el pacto contenido en la Constitución Política y el ciudadano tiene que asumir una deuda propia para cumplir con las necesidades generadas por el incumplimiento del Estado”.
La reforma a las pensiones, el consentimiento a la banca y el descontento de los jóvenes son pequeñas muestras de la crisis a la que Colombia parece encaminada, el Estado no está cumpliendo con obligaciones básicas como la creación de empleo o la disminución en las tasas de cobro por los créditos y, mientras, continúa convencido de que la economía está creciendo.