El pasado 29 de diciembre el gobierno del presidente Gustavo Petro decretó, al no haber acuerdo en la Comisión de Concertación, el incremento en el salario mínimo para el año 2024.
El incremento fue de 12,07% para el salario mínimo quedando en $1.300.000 y de 15,21% para el auxilio de transporte correspondiendo a $164.000. Un 12,4% más en relación a estos mismos valores del 2023.
La inflación media del 2023 fue del 9,28% con una tendencia importante a la baja. Y se registró que para los sectores de ingresos bajos un hecho significativo y es que por primera vez en por lo menos los últimos 20 años el IPC estuvo por debajo de la media localizándose en 8,19%, dado que los alimentos lograron descender sus precios de un 27% en 2022 a un 5% en el 2023, con lo cual el incremento del salario mínimo se vuelve mejor para ellos, recuperando poder adquisitivo, si bien no suficiente, pero siendo en conclusión un incremento positivo, a lo cual se contribuyó desde el Comando Nacional Unitario integrado por las tres centrales obreras CUT,CGT y CTC y las dos confederaciones de pensionados CPC y CDP, insistiendo en mejorar el salario en puntos sustanciales por encima de la inflación, incluso señalando que ello contribuiría a reactivar la economía, como fue la propuesta inicial del 18%.
Los empresarios nunca mostraron un interés real por la concertación con el gobierno y mucho menos con los trabajadores.
Desde el inicio de la mesa de concertación expresaron su desacuerdo con un incremento, según ellos, desmedido del salario que acompañado de la reforma laboral, que por recuperar unos derechos que se tenían, se elevan los costos laborales y por tal destruye empleo y genera informalidad, una cacareada tesis de la ortodoxia neoliberal que los mismos hechos se han encargado de desvirtuar y mostrar como un razonamiento engañoso y que solo ha servido para justiciar en todo el periodo neoliberal las distintas reformas regresivas en materia laboral, pensional y de salud.
Se negaron a presentar oficialmente, igual que el año pasado, propuestas en la mesa y nunca oficializaron un porcentaje de incremento, como una forma de descargar la responsabilidad de la negociación en las gestiones del gobierno y de ignorar las propuestas de los trabajadores.
En medio de las conversaciones en la mesa de concertación el Consejo Gremial eligió como su presidente al hoy presidente de la ANDI y miembro en la OIT de la OIE ( Organización Internacional del empresariado), el Dr. Bruce Mac Master, elevándolo a la categoría del representante de la oposición empresarial al gobierno del cambio.
Estos hechos mostraron durante todo el tiempo, la nula disposición a llegar a un acuerdo y por lo tanto se dedicaron a dilatar e intrigar. Situación que se corroboró el día 29 de diciembre, 14 día después del vencimiento de los términos de ley desgastando y devaluando la concertación.
El país registró que la real vocación del empresariado es radicalizar su oposición frente al gobierno y prepararse para arremeter en la discusión en el congreso de las reformas sociales del cambio, de salud, educación, pensional y laboral.
De otra parte, hemos de registrar la posición al lado del empresariado del Banco de la República, tanto antes, en y después de las reuniones de la mesa de concertación, pues el verdadero responsable de decaimiento económico, aún no recesivo y no por ellos, son el mantenimiento de las altísimas tasas de interés 13,25% hasta el día 19 de diciembre, en que disminuyó un escaso 0,25%.
Dos prestigiosos economistas como Salomón Kalmanovitz ex miembro de la Junta del Banco de la República y Mauricio Cabrera miembro de la junta de Ecopetrol, han sostenido reiteradamente que la alta inflación no es por exceso de la demanda, sino por el contrario del bajo consumo y que por consiguiente el mantenimiento de altas tasas de interés sólo han contribuido al decrecimiento económico y a enriquecer el gran capital financiero en detrimento de la economía real del sector industrial y agropecuario y en desmedro de los ingresos y precarización de los trabajadores. En este sentido el Banco de la República se pone de espaldas a la reactivación económica y a los planes económicos y sociales progresivos contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo PND del actual gobierno.
En este sentido la CUT insiste en señalar el accionar del empresariado como una posición que además de prevalecer su oposición al gobierno se pone de espaldas a los reiterados reclamos del estallido social que desnudó los inmensos privilegios acumulados en el periodo neoliberal producto de 33 años de gobiernos plutocráticos. En esta misma dirección se comporta el Banco de la República y por tal rechazamos tanto la voracidad empresarial como el papel típicamente neoliberal del Banco, que profundizan la desigualdad social y la desaceleración del PIB.
Reiteramos que estaremos en la amplia movilización social para exigir del Congreso de la República la aprobación de las reformas sociales atendiendo los reclamos y reivindicaciones del estallido social.