Bogotá, 4 de Septiembre de 2014
Luis Alejandro Pedraza, Presidente CUT – Colombia
En nombre de la Central Unitaria de Trabajadores, de su Junta Directiva Nacional, del Comité Ejecutivo y Subdirectivas Regionales conjuntamente con toda la militancia de la CUT, presento un saludo de bienvenida y de reconocimiento por la presencia en este evento de protocolo, para hacer oficial ante Colombia y el contexto internacional, nuestro anuncio y presentación del VI Congreso estatutario, a realizarse en la ciudad de Santa Marta durante los días del 24 al 26 de Septiembre de 2014.
La historia nos indica, que en la ciudad de Bogotá, en el mes de Noviembre, durante los días 15, 16 y 17 de 1986, se realizó el Congreso Constitutivo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia. Ese hecho fue reconocido en su momento, el principio del fin de más de 40 años de división, que venía soportando el movimiento sindical en Colombia, para lo cual fruto de la convergencia política de las más variadas corrientes ideológicas que históricamente han influenciado el accionar del sindicalismo y en perspectiva de superar viejos y agotados sectarismos, se constituyó en primer orden, el Comando Nacional Procentral Unitaria, integrado por los más caracterizados y reconocidos dirigentes sindicales de la época.
Siempre el espíritu que inspiró la constitución del Comando Nacional Procentral Unitaria y consecuencialmente la creación de la CUT, como hecho trascendental para la historia del movimiento obrero colombiano, fue la premisa de construir un sindicalismo denominado de nuevo tipo, que superara los vicios del sindicalismo tradicional, su dispersión y se proyectara uno alternativo con vocación de poder, es decir, abandonar en definitiva lo contestatario y precariamente reivindicativo hacia una política con planteamientos y propuestas, frente a los grandes problemas del Estado y de la sociedad en su conjunto en lo nacional e internacional y siempre con el propósito de lograr la Central única en Colombia, interprete de la angustia popular y representante de la gran mayoría de trabajadores y trabajadoras de Colombia.
También, este primer Congreso constitutivo de la CUT, planteó en su plataforma de lucha que el movimiento sindical colombiano con su militancia trabajadora y demás sectores populares, debían asumir el ejercicio de la política como herramienta fundamental y estructural de su propia acción de masas. Dijo ese Congreso, que sin lograr esto, es imposible conquistar las grandes transformaciones económicas, políticas y sociales que reclama el país y fue perentorio el mandato, al entregar como herramienta de trabajo la política de convergencia sindical y social, para que la militancia de la Central, hiciera el mejor uso de ella, con el fin de consolidar su unidad en particular y el trabajo de unidad de acción con el pueblo en general.
Pasados 5 Congresos y a pocos días de instalar oficialmente el VI, sin temor a equivocarnos, se registra que si bien, la Central Unitaria de Trabajadores continua siendo, política, cuantitativa y cualitativamente de primer nivel en el contexto nacional e internacional, el mandato que nos legaron sus fundadores y las bases de entonces, aún continua en proceso de desarrollo y con serias y grandes dificultades, para la satisfacción plena de esos anhelos asignados como herramientas de trabajo, para entregar como realizaciones a la generación del presente y del futuro.
Con los antecedentes descritos, a manera de brevísima reseña de nuestra historia, podemos decir que asumimos el VI Congreso con un panorama convulsionado en el concierto internacional y nacional. En el mundo, asistimos a la recomposición del escenario global, por ejemplo, el largo e inconcluso conflicto de Siria, el desmembramiento de Irak, la separación de Crimea desde Ucrania para integrarse a Rusia, la convocatoria para un referendo de la independencia de Escocia y las agudas tensiones entre Nigeria y algunas regiones de África están mostrando que el reparto del mundo, que las potencias dominantes hicieron al final de las dos guerras mundiales ha entrado en crisis.
El dominio hegemónico que Estados Unidos mantuvo sobre gran parte del Tercer Mundo por casi un siglo, se encuentra cada vez más contestado por las luchas de liberación de África, por la expansión acelerada de la economía asiática y por la instauración en la mayoría de países de América Latina, de gobiernos que se distancian de los dictados de Washington.
Entre tanto, los países asiáticos han construido en sólo medio siglo, las economías más dinámicas del mundo, recurriendo a estrategias muy diferentes al neoliberalismo, que el Consenso de Washington impuso de modo despótico en América Latina:
La prioridad que aquellos países asiáticos otorgaron a la educación, a la reforma agraria, a la innovación tecnológica y la defensa de un camino soberano y propio, ha producido una dinámica de crecimiento que asombra al mundo, y que sin duda no tiene reversa. La presencia de las potencias asiáticas en nuestro continente, comienza a ser cada vez más amplia y frecuente, y ello está generando un punto de reacomodamiento de las alianzas globales.
Por su parte, el occidente capitalista, ha visto colapsar sus economías por la quiebra de los bancos que manipularon irresponsablemente el sistema de hipotecas en Estados Unidos, que encarecieron la vivienda hasta niveles impagables en España por los trabajadores; al desbordar el endeudamiento de los gobiernos de Portugal y Grecia, y en todos los casos, los gobiernos acudieron presurosos a rescatar los bancos con ingresos públicos contenidos del aumento brutal de los impuestos sobre los trabajadores.
Los países emergentes liderados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (conocidos como BRICS), han creado recientemente su propio banco, como un mecanismo de apoyo a países en crisis y avanzan en el establecimiento de acuerdos bilaterales de cooperación para el acceso a fuentes de energía, incremento del comercio y las inversiones mutuas sin pasar por las instituciones multilaterales, dominadas por Washington, las cuales hasta ahora sólo han cumplido el papel de gendarme en la hegemonía mundial estadounidense.
El proceso de globalización, tan ponderado como un gran logro para la humanidad, potenciado por la existencia de la Internet, ha mostrado su verdadera cara: mientras las mercancías, los bienes y servicios, los capitales de inversiones y los capitales especulativos, pueden moverse por el mundo con total libertad, los trabajadores migrantes son rechazados, asesinados y explotados sin misericordia.
¡Mientras las patentes son protegidas con rígidas normas jurídicas, los derechos laborales son violados a escala global!.
Al mismo tiempo que se exige a los países en desarrollo adoptar la apertura de sus economías, las metrópolis mantienen cuantiosos subsidios que protegen a sus agricultores, creando un severo desbalance de asimetría en la economía mundial.
El capital especulativo mundial, ha usado el endeudamiento externo como una palanca de dominación con la cual han impuesto los países los draconianos, programas de ajuste que han descargado sobre los trabajadores, el peso de la solución de la crisis en un curioso socialismo al revés: socializar las pérdidas en tanto que han sido privadas las ganancias.
América Latina ha avanzado en la integración económica y política, ahora por su propia iniciativa y no bajo el paraguas de las metrópolis, la mayoría de los países de la región, siguen buscando la forma de ejercer soberanía sobre sus recursos y diseñar por si mismos, las estrategias que mejor convengan a su desarrollo económico.
El VI Congreso abordará como ejes fundamentales de debate, lo concerniente a la paz, soberanía, democracia y derechos laborales, de conjunto estas premisas encierran los postulados de la Central y sus bases, sobre su querer respecto a Estado y Sociedad, y estoy seguro, que la participación activa sobre estos temas en el Congreso por parte de los delegados oficiales y las luces, que nos puedan otorgar con sus intervenciones los invitados especiales, van a facilitar el arribo a unas conclusiones, que renovando la plataforma de lucha de acuerdo a los nuevos acontecimientos y circunstancias del país y del mundo, la CUT continúe su tránsito hacia su fortalecimiento y proyección, como actor de primer orden en la resistencia y la lucha social, frente al modelo excluyente privatizador, subalterno del neoliberalismo económico y de la banca usurera internacional y no obstante esa circunstancia el gobierno de Colombia se solaza en repetir en todos los foros internacionales, que somos un país con estabilidad económica y crecimiento sostenido, pero omite decir que mantiene los más severos niveles de desigualdad del continente, y que dicha desigualdad se ha incrementado en el sector rural.
Mostrar la reducción de la inflación, el incremento de las reservas internacionales y la buena calificación que nos otorgan las firmas internacionales; no permite ver la explotación y pobreza que soporta dicho modelo: la mitad de los trabajadores devenga un salario mínimo que no alcanza para comprar la canasta básica de bienes, el 75% devenga por debajo de dos salarios mínimos y más de la mitad de los trabajadores son informales.
Un modelo de desarrollo jalonado por locomotoras como la minería con su lógica extractivista y brutal está arrasando el medio ambiente, contaminando las playas, al mismo tiempo que mantiene a las comunidades vecinas en el abandono, y en no pocas ocasiones, las empresas mineras transnacionales beneficiarias de grandes exenciones tributarias en Colombia, han patrocinado agresiones contra trabajadores y líderes sindicales, que han sido toleradas por la justicia colombiana.
Mostrar la reducción del desempleo como un gran logro sin reconocer la precariedad de los empleos y sostener que el incremento de la cobertura de la seguridad social, que es de por sí la garantía de un trabajo decente, omite decir que las formas crecientes de trabajo siguen siendo las figuras de tercerización y trabajo temporal inestable, precario y mal pago; que impide a los trabajadores y trabajadoras organizarse en sindicatos para la defensa de sus derechos.
El recurso a la utilización de figuras como las falsas Cooperativas de Trabajo Asociado antes, y ahora las Sociedades Simplificadas de Acciones con los contratos sindicales, están expresando la clara voluntad de los empleadores, de recurrir a todo tipo de mecanismos, para abortar el respeto a los derechos laborales que establecen los convenios internaciones de la OIT que garantizan la Constitución y las leyes colombianas.
La propuesta de restablecer el pago de las horas extras del cual fueron despojados los trabajadores ya hace 12 años es apenas una tardía e incompleta reparación del despojo del que fueron víctimas los trabajadores por parte de un gobierno autoritario.
El gobierno del presidente Santos se reeligió con el voto de confianza de la mayoría de ciudadanos esperanzados en que se logre la paz, y de este hecho el gobierno no puede hacer un manto para encubrir su vigente y nada cambiante modelo de exclusión social, que como ya lo dijimos involucra conjuntamente con los empleadores una política de regresión en los derechos laborales y sindicales del pueblo colombiano. Sobre la paz ha sido un histórico llamamiento de la CUT desde su fundación, para que el conflicto armado tenga una salida política negociada y dentro de ese contexto se aplique una auténtica reparación colectiva al movimiento sindical y dentro de él a la CUT como un actor institucional de la democracia para visibilizar los cerca de 3.000 dirigentes o activistas sindicales asesinados, las más de 19 mil acciones de violencia antisindical de atentados y amenazas y un lamentable 98% de impunidad en todos los casos. No basta con la firma de unos acuerdos que hasta ahora desconocemos su contexto y objetivos, pues luego de la firma y así lo deseamos deben abordarse las agendas sociales y económicas, las reformas al sistema político y de poder, la reconstrucción ética del país para la garantía de no repetición del conflicto, pues las negociaciones en sí mismas para la paz, nos están dando la razón planteada por la CUT desde su fundación en el sentido que las vías armadas no son la ruta para la construcción del desarrollo, la democracia y la paz.
Frente al gobierno del presidente Santos el VI Congreso de la CUT estoy seguro efectuará una valoración y tomará las definiciones políticas, sindicales y de movilización que ejerzan oposición y resistencia por ejemplo a los anuncios de reforma en la tributación, la justicia, el ordenamiento político, la educación solo con el poder y control de sus mayorías parlamentarias y como siempre con la ausencia de la participación activa y democrática del pueblo representado en sus organizaciones sociales. En el campo internacional, para solo un ejemplo, la lucha contra los Tratados de Libre Comercio y la Alianza del Pacífico mantendrá vigencia en la política a definir por el VI Congreso.
Estamos seguros también de la ratificación absoluta de la autonomía e independencia de la Central, frente a gobiernos, empresarios y todo asunto que afecte su condición clasista, pluralista y democrática, cómo factor preponderante de unidad.
En síntesis, consideramos como muy importante y trascendental para el país y la región latinoamericana, toda definición estructura y política que adopte nuestro VI Congreso al cual estamos reiterando nuestra invitación.
Muchas Gracias