La huelga de hambre fue motivada por la negativa de NESTLÉ a respetar los derechos de los trabajadores, por la reiteradas amenazas de muerte contra nuestros dirigentes sindicales, por la negativa de NESTLÉ a responder por el asesinato de 13 sindicalistas de la multinacional, por la masiva importación de leche en polvo y otras materias primas que coloca en grave riesgo nuestros empleos y la estabilidad de pequeños y medianos productores, por el mal procedimiento ejercido por NESTLÉ con materias primas no aptas para la producción y por las presiones indebidas que ejerce sobre los nuevos trabajadores en contravía del derecho a la libertad sindical. Los problemas se agravan ante la negativa de Nestlé a dialogar.