«Ecuador es un país soberano y puede tener relaciones con cualquier país del mundo», precisó Delgado. Sin embargo, recomendó a los responsables del convenio “actuar con cautela para evitar correr el riesgo de efectuar transacciones que luego sean consideradas “irregulares” por la comunidad internacional.
El país suramericano, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), quiere proveerse de hidrocarburos antes que la planta más grande del país cierre en octubre, para recibir mantenimiento y algunas reparaciones.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, al igual que el Mandatario venezolano, Hugo Chávez, mantiene buenas relaciones con el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad.
En enero pasado, ellíder iraní visitó Quito y acordó con Correa la construcción de una refinería conjunta.
Ecuador planea participar de uno de los proyectos conjuntos entre Venezuela e Irán, para la explotación del campo petrolero Dobokubi, en la franja del Orinoco, actualmente en manos de petróleos de Venezuela (PDVSA) y la compañía iraní Petropars.
Tras el anunció, el nuevo embajador de Estados Unidos en Quito, Adam Namm, advirtió que Ecuador corre el riesgo de sufrir penalidades de Washington, en caso de mantener las relaciones comerciales y financieras con Teherán.
El pasado 1 de julio, Washington y la Unión Europea incrementaron las presiones contra Irán, al embargar las importaciones de crudo iraní por parte del bloque comunitario y hacer más generales y estrictas las normas de prohibición de comercio con Teherán.
La Casa Blanca, Israel y algunas potencias europeas “sospechan” que Irán desarrolla armas nucleares bajo cobertura de su programa de energía atómica. Por su parte, Teherán rechaza las acusaciones y afirma que su programa nuclear es pacífico y busca únicamente “satisfacer la creciente demanda de energía eléctrica en el país”.