CSI, 4 de Febrero de 2014
Grupos de empleadores de todo el mundo están tratando de acabar con el derecho de huelga. Participen en la jornada de acción mundial el próximo 18 de febrero para impedírselo.
El derecho de huelga es un cimiento sólido y fundamental de la democracia y de la justicia económica. Cuando los empleadores se niegan a negociar con los trabajadores y trabajadoras, cuando una población se subleva contra una dictadura, el pueblo puede declararse en huelga para contrarrestar la dominancia y el privilegio de unos pocos gracias al poder de la acción colectiva. Este derecho fundamental sigue siendo lo único que se interpone a la injusticia y a la explotación.
Grupos de empleadores de todo el mundo están tratando de acabar con el derecho de huelga. Quieren una mano de obra global pasiva y desprovista de poder. Quieren eliminar el último baluarte contra la dictadura. Pretenden alterar, a peor y para siempre, el equilibrio de poder que existe en el lugar de trabajo y en la sociedad.
Prácticamente todos los países del mundo reconocen que los trabajadores y las trabajadoras tienen derecho a hacer huelga. Cerca de 90 países lo han consagrado en su Constitución nacional, legislando los derechos establecidos a lo largo de muchas décadas en la Organización Internacional del Trabajo. Los empleadores están tratando de hacer retroceder las agujas del reloj en más de 50 años de reconocimiento jurídico internacional del derecho de huelga, empezando por la OIT y pasando seguidamente a desacreditar las legislaciones nacionales que garantizan uno de los derechos jurídicos más fundamentales. Han intentado paralizar los procedimientos de la OIT, doblegado el trabajo vital de dicha entidad en su intento por salirse con la suya. Han provocado un estancamiento en el organismo mundial del trabajo, y los trabajadores están pagando por ello puesto que los veredictos de la OIT relativos a cuestiones de empleo vitales se encuentran bloqueados.
Existe una manera de salir de este punto muerto. La normativa de la OIT estipula que cuando se produce un conflicto entre empleadores, trabajadores o Gobiernos que no puede resolverse en la propia OIT, se deberá solicitar la intervención de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para resolver el litigio. Pero los grupos de los empleadores están intentando bloquear la ley oponiéndose a la CIJ. No quieren que prevalezca la justicia. Prefieren intentar chantajear a sus adversarios para conseguir que se sometan a su fin.
Muchos Gobiernos apoyan la petición del movimiento sindical de que se respete la Constitución de la OIT y se remita el caso a la CIJ. Pero hay quienes permanecen pasivos. Esos Gobiernos y todos los grupos de empleadores deben rendir cuentas por su negativa a respetar el Derecho internacional y el rol crucial de la OIT.
Es preciso que alcemos la voz y demos a conocer esta situación.
Para muchas personas, los procedimientos en los órganos de la ONU, como la OIT, quedan muy alejados de los retos diarios a los que se enfrentan en su vida laboral o en su búsqueda de un trabajo decente. Pero si los empleadores logran eliminar el derecho de huelga, los trabajadores y las trabajadoras, al igual que todas las personas que se oponen al despotismo y a la esclavitud, sufrirán graves consecuencias.
Sólo en las dictaduras más totalitarias se niega el derecho de huelga. Si los empleadores consiguen su propósito, este derecho se verá denegado en todas partes. Y también correrían peligro todos los logros que la mano de obra organizada consiguió el siglo pasado, a saber, una jornada laboral razonable, un salario justo, vacaciones y fines de semana, salud y seguridad en el trabajo y la protección contra la explotación y la discriminación.
A lo largo de la historia, siempre que los empleadores y Gobiernos se han negado a dialogar y a negociar y han optado por imponer su voluntad, los trabajadores no han dudado en tomar la iniciativa y asumir los riesgos que implica el hecho de declararse en huelga. Eso no va a cambiar. Los trabajadores seguirán haciendo huelga cuando haga falta – pero la agenda de los empleadores los convertiría en criminales.
Eliminar el derecho de huelga nos convertiría a todos en esclavos. No vamos a permitir que eso suceda.
El Consejo General de la CSI ha designado el 18 de febrero de 2015 día de acción mundial en defensa del derecho de huelga. Invitamos a todas las organizaciones afiliadas a participar en las acciones del 18 de febrero, entre las que se sugieren las siguientes:
- Involucrar a los trabajadores/as y al público en general en la iniciativa de defensa del derecho de huelga.
- Obtener un compromiso público por parte de los Gobiernos para proteger el “derecho de huelga y remitir el litigio a la Corte Internacional del Justicia”.
- Hacer pública la postura de apoyo u oposición de su Gobierno e informar de ello a la CSI para exponerlo a nivel mundial.
- Hacer pública la oposición de su correspondiente grupo de empleadores al derecho de huelga y su consiguiente apoyo a la opresión de los trabajadores/as. Tratar de conseguir respaldo público por parte de empleadores responsables que respeten los derechos fundamentales.
Se han creado diversas páginas web especiales para las acciones del 18 de febrero, en las que ustedes podrán encontrar materiales, recursos y sugerencias de actividades, y en las cuales se informa sobre lo que los sindicatos de todo el mundo tienen previsto hacer el 18 de febrero: www.ituc-csi.org/18feb
Para enviarnos información sobre sus acciones, así como solicitudes de información, sírvanse escribir a la dirección 18feb@ituc-csi.org