En Arauca operan todos los grupos ilegales al margen de la ley, guerrillas, paramilitares, bacrim, y, además, la fuerza pública. “El maestro es el líder de la comunidad, por ese motivo a ellos son quienes han venido amenazando y les ha tocado salir de donde residen”, precisa Carlos Sánchez Arévalo, Secretario de Asuntos Administrativos y de Derechos Humanos de la Asociación de Educadores de Arauca, ASEDAR.
El problema es tal que anteriormente había 2.500 maestros en el departamento, hoy sólo restan 2.200, y aunque no todos los 300 se han ido por amenazas, sí cuenta en una buena parte de ellos.
La Unidad Nacional de Protección no ha ayudado en este conflicto. La mayoría de los conceptos que emite la UNP a los maestros han salido ordinarios, por lo cual, no pueden ser trasladados del departamento. Sin embargo, Arauca posee un territorio pequeño, casi todos los municipios están interconectados o quedan a unas dos horas de la capital; entonces, los traslados intermunicipales no son una solución que proteja las vidas de los amenazados.
En consecuencia, a muchos docentes les ha tocado salir del departamento y buscar por sus medios dónde ubicarse. Ahí se complica su situación laboral, ya que la Secretaría de Educación es ineficiente a la hora de hacer los trámites de traslados a otros departamentos.
Asedar ha ayudado a los afectados mediante tutelas, oficios y asesoría jurídica. Para los docentes que llegan a la capital les ha habilitado un hospedaje, en una sede del sindicato para quedarse en caso de emergencias. Esto no es suficiente; “les pedimos a Fecode que se manifieste más en el tema de derechos humanos, que es muy importante”, culmina Sánchez Arévalo.