El Gobierno está llevando adelante estos recortes para evitar la necesidad de elevar en dos puntos porcentuales los impuestos a las ventas, lo que de otra manera se vería obligado a establecer en octubre, y financiar la ayuda de emergencia para los afectados por un sismo en la región de Emilia Romagna.
El gabinete comenzó su reunión en la tarde del jueves y funcionarios dijeron que puede tardar hasta el viernes antes de que se apruebe el paquete de medidas presentado.
Si Monti tiene éxito con los recortes, de unos 5.000 millones de euros para este año, éstos también reforzarán las finanzas públicas en medio de preocupaciones de que Italia tenga problemas para reducir su déficit presupuestario.
El déficit en el primer trimestre se situó en un 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) comparado con el 7 por ciento en el mismo período del año pasado y el más alto desde el comienzo del 2009.
El paquete reducirá los gastos en salud, recortará el financiamiento a las autoridades locales y disminuirá gradualmente en un 10 por ciento el número de trabajadores del sector público y en un 20 por ciento los gerentes estatales, de acuerdo con un borrador del plan obtenido por Reuters.
Los planes no advierten importantes despidos y se alcanzarán principalmente a través del congelamiento de las contrataciones y planes para fomentar el retiro anticipado.
El nivel de reducciones de puestos de trabajo también hace referencia a los niveles de dotación de personal nocional planeados más que el número de funcionarios efectivamente empleados. Algunos trabajadores serán enviados a casa por dos años con un 80 por ciento de su salario antes de ser despedidos o jubilados.
Los sindicatos de trabajadores, que se oponen con firmeza a la reforma de Monti del mercado laboral aprobada por el Parlamento el mes pasado, se resisten a los recortes de empleo en el sector público y el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, también ha expresado recelos respecto del paquete.
«Tengan cuidado con crear conflictos sociales», dijo la líder del mayor sindicato de trabajadores de Italia, Susanna Camusso.
Sin embargo, Monti parece decidido a seguir adelante animado por una cumbre de la Unión Europea donde consiguió apoyo a una propuesta que busca utilizar los fondos de rescate de la región para potencialmente contener los costos de endeudamiento de Italia.
Al presentar el paquete como un decreto, Monti dejará poco espacio a los partidos para corregir y suavizar las medidas.
El decreto entra en vigencia de inmediato, pero debe ser aprobado por el Parlamento en un plazo de 60 días o expirará.
Evitar un impopular aumento de impuestos puede ayudar a revivir la popularidad de Monti, que está cerca de su nivel más bajo desde que llegó al Gobierno en noviembre.
REUTERS