{image}http://eldia.com.co/images/stories/170413/009.jpg{/image}El gobierno aprobó un plan de choque para la reactivación de la economía colombiana. El Presidente Juan Manuel Santos sigue sosteniendo que no hay un impacto severo de la crisis económica mundial y ha planteado siempre que la economía nacional está blindada.
En este sentido, la realidad y las declaraciones se contradicen. Mientras las economías de las naciones de Europa y Estados Unidos se debaten en una crisis a la que no le encuentran salida y hasta China ha manifestado su angustia de que esto le afecte; el gobierno colombiano ha venido negando que la crisis perjudique al país.
Sin embargo, la realidad demuestra que se ha deprimido la curva del empleo, se ha degradado el nivel de contratación, la industria y el agro (el sector productivo) se ha marchitado; y sólo los sectores financieros y el minero-energético son los que vienen generando utilidades.
“Esto deja de manifiesto que sí hay una crisis que ha frenado a la economía colombiana en el sector productivo. Por más que el gobierno colombiano diga que no existe, el hecho de que haya diseñado un plan, al cual le va a invertir cinco billones de pesos para impulsar la economía, confirma que aunque no lo digan por los medios de comunicación, sí hay una preocupación porque las circunstancias se pueden agravar en el futuro”, señala William Gaviria Ocampo, directivo de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios Colombianos (Fenasibancol) y profesor universitario de Economía.
Gaviria Ocampo expone tres incidencias graves de este plan de choque. Primero, el plan pretende estimular la construcción de vivienda, que casualmente es una de las banderas de la campaña reeleccionista. Además del evidente tinte político, el objetivo de esta medida es dinamizar la mano de obra barata para evitar que los niveles de desempleo sigan descendiendo y las cifras demuestren cómo realmente está el empleo en Colombia, próxima a una contienda presidencial.
Al mismo tiempo, están estimulando al sector empresarial, pero en detrimento de las condiciones salariales de los colombianos; porque se estimula con una política tributaria más generosa con los inversionistas, pero mucho más dura con los salarios de los trabajadores.
Otra acción es que el gobierno presiona a los bancos para que bajen las tasas de interés. Esto va a permitirles a los empresarios ofrecer a los usuarios posibilidades de endeudamiento a tasas más baratas. El efecto aquí es contraproducente porque deriva en una preocupación en los trabajadores, quienes al ver disminuido sus salarios van a incrementar su margen de endeudamiento y terminarán comprometiendo sus recursos futuros; lo cual resultará peor.
“Fenansibancol se alegra de que haya un plan de generación de empleo, pero lamenta que sea en condiciones críticas y que se degrade la función trabajo en la curva macroeconómica del país. También lamenta que no puedan ponerle freno a los cobros abusivos de los bancos, y que la política tributaria sea en contra de los más pobres, para poder estimular la economía del país”, finaliza William Gaviria Ocampo.