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La economía del Valle del Cauca: de departamento productor a departamento importador

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15 de octubre de 2014, TLC al Denudo

La economía del Valle del Cauca ha sido considerada una de las más dinámicas del territorio nacional, compitiendo por el tercer lugar con Santander y Bolívar. Las grandes posibilidades naturales y geográficas le dan condiciones favorables para su desarrollo y expansión económica. Sin embargo, la estructura productiva del departamento ha cambiado notablemente en el último periodo (10 años), dándole prioridad al comercio exterior por encima de cualquier otro sector productivo. En consecuencia, el departamento ha perdido participación en el PIB nacional, demostrando que el modelo de libre comercio no ha generado crecimiento económico. La causa reside en que la apertura comercial se dio hacia adentro y no hacia fuera, como se esperaba. Es decir, el Valle ha pasado de ser un importante departamento productor industrial a un departamento importador.

1.     PIB departamental.

El Producto Interno Bruto del departamento del Valle del Cauca ha presentado un comportamiento altamente correlacionado con el PIB nacional. Entre 2001 y el 2013, las variaciones han estado estrechamente vinculadas al comportamiento económico general de la economía. No obstante, el crecimiento económico del departamento ha estado por debajo del total nacional.

Tan solo en los años 2002, 2006 y 2007 el crecimiento del PIB departamental fue superior al nacional. Entre el 2007 y el 2013, la diferencia entre el crecimiento del PIB nacional y el del Valle fue de 2 puntos porcentuales, lo que genera un rezago del crecimiento económico y pérdida de la participación en la riqueza nacional.

Este comportamiento ha sido una tendencia desde la década de los 90. La causa está asociada a la crisis vivida a finales de esa década, en la que se quebraron importantes renglones industriales. La participación de la industria pasó del 12% al 10%, en entre 1990 y 2010. Para 2012, la participación fue de 9.4%.

Las razones son estructurales y tienen estrecha relación con la apertura económica y  el cierre y/o privatización de emblemáticas empresas regionales, entre otros.

Previo a estos acontecimientos, el Valle y especialmente Cali, se caracterizaron por un fuerte desarrollo industrial y una creciente vocación agrícola en los sectores del azúcar y el café. Entre 1940 y 1980, el Valle del Cauca experimentó una expansión industrial enfocada en la producción de bienes de consumo masivo (alimentos y papeles) y la tecnificación del sector agrícola, apoyado en el puerto marítimo de Buenaventura y la Universidad del Valle y otras instituciones educativas que aportaban a la cualificación de la mano de obra requerida para dichas transformaciones.

A partir de la década de 1990, la economía del Valle ha perdido protagonismo paulatinamente. Aunque sigue siendo uno de los departamentos más ricos del país en términos de PIB per cápita ($13.9 millones en 2012, unos $400.000 por debajo del promedio nacional), existen factores estructurales (macroeconómicos, sociales y locales), que explican el estancamiento del departamento después de la crisis de 1999.

El primer factor está asociado a la estructura económica del Valle, dado que ésta difiere de la estructura productiva del país y departamentos de desarrollo similar como Antioquia y Bogotá D.C. Por ejemplo, el peso de las manufacturas y algunos servicios asociados a éstas es superior al de Antioquia y al del promedio del país. Esto hace que la estructura productiva sea más propensa y sensible a la apertura económica y a los efectos de esta en el sector industrial. A su vez, el alto nivel de concentración en cada uno de los sectores (en el agro se concentra en caña de azúcar y café, y en la industria en refinerías de azúcar, petróleo y productos químicos), hace que la economía departamental sea más vulnerable a choques externos.

Un aspecto relacionado directamente con el nivel de apertura económica del Valle del Cauca que afectó su estructura productiva durante la crisis fue la presencia de Inversión Extranjera Directa (IED), que aunque no ha sido la más alta comparada con otros departamentos, si se encuentra altamente concentrada en el sector manufacturero (En la década de 1990, el 89.2% de las firmas con IED en el Valle pertenecían a este sector), lo que generó una salida importante de estos flujos al final de la década haciendo que varias filiales de trasnacionales desaparecieran y se trasladaran a todo el país, especialmente en el Valle generando desestabilidad en el sector industrial de la región.

El segundo aspecto, corresponde a los problemas de competitividad asociados a la tasa de cambio. Si bien este es un elemento nacional y se define en la política económica del país, lo cierto es que la revaluación del tipo de cambio durante gran parte de esa década afectó la competitividad de sectores transables estratégicos como la industria y la agricultura.

En síntesis, “la apertura contribuyó a la desaparición de los cultivos agrícolas transitorios y a la tercerización del PIB del departamento. Es decir, durante ese período, muchas empresas del Valle tuvieron que suspender su producción o cambiar su modo de operación, ya que no podían seguir compitiendo con los precios internacionales. El sector terciario se favoreció con esta situación, debido a que algunas industrias regionales se volvieron comercializadoras de bienes (esto es, dejaron de producir determinado bien y pasaron a importarlo y luego venderlo en el mercado nacional) y empezaron a requerir una nueva estructura económica más enfocada en la distribución de mercancías y operaciones de logística comercial para satisfacer sus necesidades que antes no existían en la ciudad y el departamento”. (Otero, 2012).

La etapa siguiente (entre el 2000 y el 2007), se caracterizó por una débil recuperación económica del país y en especial del Valle de Cauca. En promedio, la economía vallecaucana creció a una tasa del 3.5%, entre 2001 y 2010, mientras que, para el mismo periodo de tiempo, la tasa de crecimiento de Colombia fue de 4.1%. A su vez, la desaceleración posterior (entre 2008 y 2009), Colombia pasó de crecer al 6.9% en 2007 a 1.4% en 2009, mientras el Valle pasó de 7.6% en 2007 a 0.2% en 2009.

Se puede afirmar que la estructura productiva e industrial del Valle se vio gravemente afectada durante la crisis de finales de 1990 por causas estructurales asociadas a la apertura económica y otras particulares de la región, lo que generó un cambio en la estructura económica, ahora enfocada a la comercialización de bienes y ya no a la producción. Es decir, las industrias manufactureras cerraron sus plantas y posteriormente no lograron reactivar la producción. El crecimiento persistente por debajo del nacional, así lo demuestra.

2.     Composición del producto: sectores económicos.

La composición económica del Valle del Cauca ha cambiado notablemente en los últimos 12 años: Para 2010, el PIB del Valle estaba conformado principalmente por actividades del sector terciario (70%). Entre estas se encuentran las empresas de servicios, el comercio y la intermediación financiera. El restante 30% lo produjeron las actividades del sector secundario (24%) y el sector primario (6%). Esta composición no ha sido estática en el tiempo: en 1990, el sector terciario aportaba el 52% del PIB del Valle y el secundario (industria y construcción) el 31%. Ya en el año 2000, esas cifras pasaron a 73% y 20%, respectivamente, dejando ver un claro proceso de tercerización de la economía valluna que imprimió una dinámica distinta al desarrollo de la región.

Si se analiza el PIB departamental por sectores, para el 2012 se encuentra que los servicios financieros aportaron en 2012 el 26.1%, los servicios comunales y sociales el 14.6% y la industria el 15.5%. Por su parte, el sector agropecuario aporto solo el 5% y el sector de electricidad, gas y agua el 3.7%.

El cambio en la estructura económica durante el 2007 y el 2012 ha estado marcado por una clara especialización en el sector comercio. Si se revisan las tasas de crecimiento promedio de los sectores, se observa el de mayor crecimiento fue comercio (4,4%), seguido del minero (4,3%) y establecimientos financieros y actividades de servicios sociales (3,8%).

Conviene analizar detalladamente los sectores económicos más importantes para definir un patrón en el cambio de la estructura durante los últimos años.

El sector primario contribuyó al 6% del PIB del departamento en 2012. Está compuesto principalmente por actividades agrícolas (50% del sector), entre las cuales se destacan los cultivos de caña de azúcar (95.17% de los cultivos permanentes), caña panelera (0.19%), café (0.35%), hortalizas, cereales (maíz, soya y sorgo) y cultivos frutales como el banano, borojó, chontaduro, cítricos, entre otros.

Los factores que han incidido en el estancamiento del sector agropecuario y agroindustrial del departamento del Valle, han estado asociados con el incremento de los costos de producción y las masivas importaciones de productos como el azúcar. La revaluación persistente e inmanejable por parte de las autoridades monetarias sin subsidios al productor, avalúos catastrales y prediales de alto costo, créditos onerosos con las instituciones financieras como Finagro y el Banco Agrario, insumos con precios monopólicos controlados por pocas trasnacionales y costos de la energía como el diésel y la energía eléctrica por encima del promedio nacional, que es uno de los más altos de la región.

También las importaciones masivas de azúcar, han afectado a la industria azucarera y panelera de la región. Medidas en toneladas, las importaciones de azúcar crecieron de manera constante desde el 2003 cuando llegaron a 100 mil, mientras en 2012 ascendieron a cerca de 400 mil. Los efectos en la producción de panela han sido evidentes: en el 2003 la producción 1.47 millones de toneladas y en 2012 decreció a 1.18 millones.

Como ya se comentó, durante los años noventa la industria en el Valle del Cauca sufrió importantes reveses causados por una conjunción de factores coyunturales y estructurales. Según los registros de la Cámara de Comercio de Cali más de nueve mil empresas, entre pequeñas y medianas cerraron sus puertas en el departamento del Valle del Cauca, al término de los primeros nueve meses de 1997.

Sin embargo, la consolidación de la agroindustria azucarera y sus clusters asociados en la producción de alimentos y bebidas derivadas de la caña de azúcar, la industria de productos químicos y la industria de papeles y editorial les permitió tener un importante desempeño hasta la primera década del 2000, cuando poco a poco se fueron marchitando muchas de las empresas del sector industrial.

Para el período 2000-2010, el sector secundario participó con el 22.9% en el PIB del Valle del Cauca. A nivel departamental, la industria contribuyó con el 18.2% al PIB de la región en 2010 y al 1.6% del PIB del país. Entre el 2000 y el 2010, la industria de alimentos presentó un crecimiento promedio de 3.78% y el resto de la industria creció al 4.15%. Estas cifras son superiores al crecimiento promedio del PIB del departamento en 0.2 y 0.6 puntos porcentuales, respectivamente.

Durante 2012 la producción real industrial en la región conformada por Cali, Yumbo, Jamundí y Palmira aumentó 1,2%, las ventas reales 1,6% y el personal ocupado 0,2%. Aunque cabe anotar que estos incrementos fueron menores comparados con el 2011: 5,2%, 6,5% y 3,0%, respectivamente.

 TABLA

Tomado de: Informe de Coyuntura Regional del Banco de la Republica y el DANE

Si se analiza el comportamiento empresarial, se encuentra que varias empresas con gran trayectoria en Colombia como Eveready cancelaron sus actividades durante la crisis del 90. Quintex, Croydon y Eternit se sumaron posteriormente, Icollantas que debió fusionarse para subsistir pero finalmente en 2013 cerró su planta por acumulación de pérdidas. A todas éstas se suman otra gran cantidad de firmas que no pudieron soportar los embates de la recesión económica y que por ello cerraron sus puertas al público.

Una de las zonas que a nivel industrial más peso tuvo en el pasado, como es la de Yumbo, es uno de los focos donde la crisis económica generó que los ingresos fiscales que percibía en años anteriores, cayeran vertiginosamente.

Una situación semejante vivió la zona franca de Palmaseca, donde se habían establecido empresas de distinto carácter, como calzado y confección, de las cuales algunas tuvieron que cerrar ante la imposibilidad de competir con el producto importado que llega al mercado.

Posteriormente, en el 2007 otras firmas cerraron sus fábricas en la capital vallecaucana como Gillette de Colombia, Laboratorios BDF, la farmacéutica Wyeth, Disa y ahora Pricol, fabricante de productos Quaker, por causa de la globalización y el traslado de sus filiales a otras latitudes.

La estructura empresarial ha cambiado: no solo cierran empresas manufactureras, sino llegan otras, especialmente de prestación de servicios. A Cali han llegado grandes capitales nacionales y extranjeros, representados por cadenas de hipermercados como Éxito, Carrefour y Makro, entre otros. Lo que implica una transformación empresarial de la producción industrial a la comercialización y prestación de servicios. Dicho de otra forma, la estructura económica se traslada del sector secundario al terciario.

Finalmente, en el 2013 los cierres de la producción farmacéutica de Bayer, tras 58 años; de llantas Michelin (Icollantas), generaron que la producción en Cali y áreas vecinas, cayera un 8 por ciento, según el DANE. Esta cifra fue muy superior al promedio nacional e histórico. Para el 2013, la capacidad instalada estuvo por debajo del 70 por ciento, mientras en Bogotá y Medellín trabajaban al 78 y 75 por ciento.

Siguiendo con el patrón de cambio en el sector industrial, en el Valle del Cauca se instalarán la Zona América, que montará en Cali una zona franca como la que tiene en Uruguay; Avanza, Hotel Marriot, Hotel City Express, Vectrix y Ortobras son otras empresas pertenecientes al sector servicios que llegarán en los próximos años. Además, se alistan 5 centros comerciales, por 624.000 millones de pesos.

3.     Comercio exterior

 El cambio en la estructura económica valluna, se orientó desde hace 20 años hacia la comercialización de bienes finales y de consumo a cambio de perder importancia como un departamento productor. En este contexto, la economía valluna se basa en el puerto de Buenaventura para el comercio de bienes. La especialización hacia el comercio fue justificado bajo la premisa de que este es un sector más productivo, con menores costos y mayores beneficios económicos y sociales.

Trascurridos los años, es posible analizar el comercio exterior de la economía valluna en su relación comercial en general y en especial con los países que se tiene TLC.

Las exportaciones totales del departamento entre el 2012 y el 2013, presentan la misma tendencia decreciente del resto del país, pasando de USD$2.283 millones en 2012 a USD$2.112 millones, lo que configura una caída de 7.5%. Las exportaciones no minero-energéticas explican gran parte del descenso, al caer 3.8% en los años mencionados. Las exportaciones agroindustriales cayeron 14.5%, industria básica 5.2% y los demás productos 69.1%.

Las exportaciones con destino a países con TLC vigentes, decrecieron de USD$1.980 millones en 2012 a USD$1.707 en 2013, es decir, hubo una disminución de 13.8%. Si se analiza por país, se encuentra que con EEUU descendieron 29.6%, con la Unión Europea 12.9%, con la CAN 9.5% y con la Alianza Pacífico 26.6%.

Las exportaciones por productos muestran una importante desaceleración entre el 2012 y el 2013. Los primeros 15 productos (60% del total de exportaciones), disminuyeron sus ventas externas en 16.8%, donde sobresalen el azúcar con una disminución de 63%, el café 17%, papel y cartón 17%. Tan solo los productos de confitería aumentaron el 17% en el periodo analizado.

En cuanto a las importaciones, estas cayeron 3% entre 2012 y 2013, al pasar de USD$4.938 a USD$4.790, pero crecieron 8.7% entre enero y abril de 2013 comparado con el mismo periodo de 2014. El principal país de origen fue EEUU, que participó en el 20.2% del total de importaciones del Valle del Cauca, seguido por China (14.4%) y México (11.1%). Los principales productos de importación son monitores y proyectores, que participaron en 6.1%, maíz (5.9%) y automóviles (5.4%). Los bienes de consumo aumentaron 2%, mientras las materias primas, bienes intermedios cayeron 1.6%.

Las importaciones del Valle, provenientes de EEUU, crecieron 8.3%, las de la CAN 16.8%, Unión Europea 13.3%. Las de Alianza Pacífico decayeron 8.5% y las de Corea del Sur 54.4%.

Los resultados comerciales, demuestran que el comercio del Valle del Cauca se encuentra en un persistente déficit comercial que ha crecido de manera sostenida desde la década de los 90. Solo entre el 2012 y el 2013, este desbalance creció el 1% al pasar de USD$2.655 millones en 2012 a USD$2.678. El déficit comercial con EEUU asciende a USD$427 millones en 2013, 71% más que en el 2012. A simple vista, se puede decir que el resultado comercial de los TLC no ha sido positivo para el Valle del Cauca, dado que el comercio con estos países se deterioró en 13% entre el 2012 y el 2013.

La transformación de la estructura productiva del Valle del Cauca, convirtió un departamento industrial y productor en un departamento comercializador e importador. La idea con la que se justificó el cambio no se cumplió. La apertura comercial no redundó en mayores tasas de crecimiento ni en mayores niveles de exportación, en especial con los países que se tienen TLC.

Esta conclusión no es nueva. En el 2007 el Banco de la Republica realizó un estudio (Alonso y Patiño, 2007), donde analizan la validez de la hipótesis que a mayor grado de apertura (principalmente medido por el aumento de las exportaciones), se tienen mayores niveles de crecimiento. Los autores encontraron que para el periodo de 1960 y el 2000, la relación es inversa. Es decir, que va de la producción a las exportaciones y no al contrario.

De esta manera, es posible afirmar que el cambio en la estructura económica del Valle del Cauca lo condenó a crecer a tasas inferiores a la nacional. El sacrifico del aparato industrial vivido en la crisis del 90 hasta la primera década del 2000 nunca más se pudo recuperar. Por el contrario, el comercio no redundó en mayores tasas de crecimiento.

4.     Consideraciones Finales.

El modelo impulsado en el Valle del Cauca durante 25 años fracasó. Existe evidencia para afirmar que el modelo de crecimiento del Valle (basado en exportaciones) no es eficiente y se ha convertido en un laberinto sin salida. Las exportaciones no han generado mayor producción. El resultado fue una pérdida constante de la importancia del PIB departamental sobre el nacional. Los costos de desmantelar a la industria y a la agricultura fueron mayores a los beneficios obtenidos con el comercio exterior, que muestra claros signos de deterioro.

La apertura económica no solo propició el cierre y privatización de emblemáticas empresas del Valle del Cauca. También tuvo efectos en el mercado laboral, en la pobreza y en la desigualdad:

 El desempleo del Valle (14.3%) fue mayor al nacional (10.5) en el segundo trimestre de 2014. Uno de los mayores problemas actuales de Cali es su alta tasa de desempleo, la cual no ha mostrado una disminución en los últimos dos años como sí ha sucedido en las otras doce ciudades y áreas metropolitanas del país. Este rezago de la economía caleña, en cuanto a generación de empleo frente a las otras ciudades del país, es una manifestación del estado de la economía local, la cual ha crecido menos que el promedio del país durante los últimos años.

Respecto a la tasa de informalidad, para el 2012, esta variable estuvo en el promedio de las trece áreas metropolitanas. Es decir, la tasa de informalidad fue de 50.5%, al igual que la nacional. Sin embargo, esta tasa es superior a la de Medellín (46.5%) y Bogotá (45.2).

Para 2011, el porcentaje de la población caleña que se clasificaba como pobre según el Índice de Pobreza Multidimensional fue del 25.1%, lo que implicó una reducción de 8 puntos porcentuales respecto a 2002. Esta cifra es bastante alta en comparación con otras ciudades similares como Bogotá (13.1%), Medellín (13.1%), Bucaramanga (10.7%) e incluso otras ciudades de menor tamaño como Manizales (19.2%), Pereira (21.6%) y Villavicencio (23%). La desigualdad, medida a través del coeficiente de Gini, también es crítica. Para 2011, este tomó el valor de 0.504, siendo uno de los más altos de las áreas metropolitanas aunque inferior a los valores de Bogotá (0.522) y Medellín (0.507).

Bibliografía:

Banco de la Republica y DANE (2013). Informe de Coyuntura Económica Regional. Valle del Cauca 2012. Disponible en:http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/icer_valledelcauca_2012.pdf

Otero, Andrea (2012). “Cali a comienzos del siglo XXI. ¿Crisis o recuperación?”. Documentos de trabajo sobre economía regional. Número 172. Banco de la Republica. Cartagena. Disponible en:http://mba.americaeconomia.com/sites/mba.americaeconomia.com/files/dtser_172.pdf

Alonso, Julio y Patiño, Carlos (2007). “¿Crecer para exportar o exportar para crecer? El caso del Valle del Cauca”. Ensayos sobre Economía Regional, Numero 46. Centro Regional de Estudios Económicos Cali. Banco de la Republica. Disponible en:http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/2007_julio_a.pdf

Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (2014). “Valle del Cauca frente a los acuerdos comerciales vigentes, suscritos y/o en negociación” Exportaciones, importaciones y perfil comercial.

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