“En un balance real del mediano y pequeño productor, el sector campesino está acabado por las políticas de los gobiernos de turno, ya que no hay una política que incentive al productor colombiano, que le garantice la siembra, la calidad y la comercialización del producto”, señaló Pedro Gelvez, Tesorero de la Asociación Campesina José Antonio Galán Zorro.
En Colombia, la situación del campo es preocupante, no hay apoyos en el tratamiento para mejorar la producción, no hay centros de acopio para guardar la cosecha y no hay vías para llevarlas al mercado. Con todos los TLC actuales, la situación se va a agudizar aún más. Por eso, cafeteros, paperos, cacaoteros y arroceros se manifestaron en estos seis meses.
El problema inicia en la manera como está establecida la tenencia de la tierra en el país. Quienes la cultivan, la gran mayoría, no tienen acceso a ella, en cambio, la minoría poderosa es dueña de bastas cantidades tierra de tierra fértil, que se usa para otras actividades. Por ello, el campesinado plantea una reforma que garantice un equitativo acceso a la tierra; garantías, partiendo de subsidios, para garantizar la producción; y una comercialización que asegure la venta.
El tema se trató en los diálogos de paz de La Habana y hubo un acuerdo. Como indica Gelvez, “es bueno que haya paz. Sin embargo, insistimos que mientras en Colombia no haya una reforma integral que parta de las necesidades del campesinado y mientras no se estructure la reforma agraria en Colombia todo seguirá igual, porque esos son pañitos de agua tibia. No se puede hablar de paz con injusticia social y con necesidades”.