Informativo CUT, Octubre – Noviembre de 2014
En respaldo al proceso de negociación del nuevo sistema de ascensos y reubicación salarial de los docentes del Decreto 1278 de 2002, más de 150 mil educadores se movilizaron y concentraron masivamente en las capitales de departamento del país, el pasado 6 de noviembre.
La jornada de protesta convocada por FECODE y aprobada por la Junta Directiva Nacional del sindicato de educadores reunió en la capital de la República a 10 mil maestros del Distrito y más de 12 mil pertenecientes a delegaciones de los departamentos de Boyacá, Tolima, Huila, Cundinamarca, Casanare y Meta.
A nivel nacional aproximadamente unos 150 mil docentes, tanto del 2277 como del 1278, también respondieron al llamado de la dirigencia nacional y sus sindicatos regionales, y salieron a las calles para respaldar la propuesta de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación que plantea títulos, experiencia y producción académica, como los criterios para el ascenso y la reubicación salarial de los nuevos docentes.
En Bogotá la movilización partió a las 10:30 a.m., de la calle 26 con carrera 30 y se concentró frente al Ministerio de Educación Nacional durante más de tres horas. Allí el magisterio, la comunidad educativa y representantes de varios sectores de la sociedad no sólo exigieron al gobierno cumplimiento de los acuerdos firmados con FECODE en septiembre de 2013 y mayo de 2014; también, manifestaron su inconformidad frente a la implementación de varios programas, por parte del MEN, que comprometen el futuro de la educación pública.
El magisterio con esta jornada reafirma su voluntad de diálogo y de negociación en la vía de consensuar un nuevo modelo o sistema de ascensos para los docentes regidos por el Decreto 1278.
MAESTROS Y LA PAZ
La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación valida la búsqueda de la solución negociada al conflicto en la perspectiva de construir la paz con justicia social; por ello, saluda de manera positiva el proceso de diálogo con las FARC y el ELN para que cese de una vez por todas el derramamiento de sangre, la confrontación, las amenazas, las extorsiones y demás formas de violencia que ha soportado estoicamente el pueblo colombiano.
FECODE reivindica la escuela como territorio de paz y en ese marco, reconoce la educación como derecho fundamental. Pero también puntualiza que los educadores tenemos derechos laborales y demandamos un trato digno. Hoy somos los profesionales peor remunerados al servicio del Estado. En la construcción de la paz el magisterio cumplirá un papel fundamental en la refrendación durante el posconflicto, así que nuestro trabajo será esencial en la consolidación de un mejor futuro para Colombia.
Derechos laborales y trato digno para los educadores
Con la anuencia del presidente de la República, Juan Manuel Santos, el gobierno y FECODE firmaron dos actas de acuerdos, en septiembre de 2013 y mayo de 2014; de los cuales aún están pendientes puntos de trascendencia; entre otros, la prestación de los servicios de salud en correspondencia con el pliego de condiciones contratado; la concertación del Estatuto Único de la Profesión Docente en la Comisión Tripartita, el pago de deudas por diversos conceptos, el respeto a la vida e integridad física y las garantías para el ejercicio de la labor docente y sindical, el proceso de nivelación salarial del magisterio colombiano para lo cual el Gobierno Nacional incluirá en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, las partidas presupuestales que garanticen los recursos y los trámites legislativos que para ello se requieran; así mismo, el establecimiento de un nuevo modelo o sistema de ascenso y reubicación en el nivel salarial que contribuya al mejoramiento de la calidad de la educación y la dignificación de los maestros del 1278.
Sin embargo, a pesar de la voluntad expresa de FECODE por superar todos los impasses y avanzar rápidamente en la resolución de los aspectos señalados, no se ha encontrado en el gobierno una disposición efectiva para tal cometido.
JORNADA ÚNICA
Particularmente, frente a la Jornada Única, FECODE ha venido desde hace muchos años enarbolando esa bandera que la comparte íntegramente, pero que su desarrollo exige estudios serios y presupuestos disponibles en cuanto a número de alumnos a participar y beneficiar, construcciones escolares, costos, criterios para la elaboración del nuevo currículo, nombramientos de maestros, disminución de los parámetros de estudiante por grupo, salario profesional para los docentes, dotación de las distintas instituciones y garantías escolares para los estudiantes; entre ellas, restaurantes, bibliotecas, transporte, deportes, lúdicas, artísticas.
Lo anterior en el entendido que Colombia es un país de regiones -urbanas, semiurbanas, rurales, de difícil acceso y alto riesgo- multicultural, multiétnico, donde hay pobreza, hambre, desnutrición y segregación en muchas zonas, diversa en muchos otros aspectos y no homogénea; pero que además, vive un conflicto armado, político y social y en correspondencia con ello hay que actuar y proyectar.
La jornada única no puede ser una versión “moderna” de la jornada ampliada o la jornada complementaria; pero tampoco el modelo puede ser más tiempo, para hacer más de lo mismo. No existe, ningún sustento pedagógico, ni psicológico, ni de ningún otro tipo, que permita decir que la calidad de la educación es, principalmente, un problema sólo de tiempo de permanencia en la Escuela. El caso de Finlandia sirve de ejemplo para desmontar esta creencia.
Los maestros saben que las condiciones habitacionales y del contexto social que rodea la vida de la inmensa mayoría de los niños en el país, encuentran alivio si tienen para sí una escuela abierta, en la que se les posibilite otras actividades formativas o recreativas aparte de las tareas escolares. Cuando el magisterio habla de la jornada única está pensando en la integralidad de la formación y en el bienestar de los niños y jóvenes, porque ello incide de manera determinante en el buen curso del trabajo pedagógico.
Si los maestros tuvieran una jornada con un salario digno no se tendría la necesidad de buscar otras jornadas o actividades de trabajo; mejoraría el desempeño profesional y de hecho se beneficiaría el desarrollo de toda la acción educativa.
Señor Presidente y Señora Ministra, estos proyectos requieren del concurso de la comunidad educativa y de los docentes colombianos. Se necesitan políticas públicas de Estado y no experimentos a espaldas del magisterio efectuados por funcionarios del gobierno que si fracasan le endilgan su culpa a los docentes.
EL NUEVO MODELO DE ASCENSOS PARA LOS DOCENTES DEL 1278.
El magisterio colombiano no acepta que se le siga estigmatizando con el asunto de la evaluación, máxime cuando es objeto de múltiples evaluaciones: (I) de ingreso, (II) de período de prueba, (III) institucional y (IV) de desempeño. Esta macartización se ha convertido en un mecanismo tramposo y ofensivo que entorpece las posibilidades de llegar a algún entendimiento.
Por ello FECODE, rechaza el mecanismo que actualmente se utiliza para el ascenso y reubicación salarial sujeto al control fiscal y racionalización del gasto público, acomodando las pruebas a las disponibilidades o manejos de las conveniencias presupuestales, a costa de la pauperización de la profesión y la vida de los docentes.
La Federación manifiesta y reitera su voluntad para negociar el nuevo sistema transitorio de ascensos en condiciones dignas y exige el cumplimiento sin mayores demoras a los acuerdos firmados en el mes de mayo, ya que el gobierno se comprometió a presentar en el segundo semestre de este año el proyecto para trámite legislativo. La dilación será la excusa para no hacerlo y continuar con el actual modelo. Consensuar el nuevo sistema o modelo de ascensos y reubicación salarial para los maestros del 1278, apremia.
Señor Presidente Juan Manuel Santos, usted es el garante de la observancia y respeto de estos acuerdos, el magisterio se encuentra en estado de alerta por ellos.