Los empleados del Hospital de Meissen continúan su lucha por la terminación de la obra de la segunda torre y la formalización laboral, luego que muchos médicos, enfermeros y demás profesionales lleven más de 21 años de servicios, sin la posibilidad de tener una vinculación laboral.
La historia se remonta desde hace poco más de una década cuando el ex alcalde Antanas Mockus al final de su segundo período, gestionó como parte del plan de infraestructura de salud, la ampliación de los hospitales de Fontibón, Meissen y El Guavio. (Mockus también dejó el 1919, donde acabó con los quinquenios, auspiciado, por el presidente de la época el mismo de la Ley 100).
Posteriormente el alcalde Garzón y tras la lucha de la comunidad, incluyendo al coordinador de la asociación de usuarios y otros representantes más de la comunidad, accedió a construir la ampliación del hospital, en medio de una panorama de inestabilidad de los secretarios de salud. Dos años, llevó este proceso que se alcanzó a materializar a finales del 2006 con las compras de los predios y el tallado de una “primera piedra”, que pretendía inaugurar ya en el cierre de su mandato.
Unos años más tarde, bajo la administración de Samuel Moreno con muchos problemas se dio la inauguración de la primera torre, que inició el servicio pero con un traslado que demoró 6 meses. Durante el acto inaugural, el ex alcalde prometió la segunda torre, con las unidades de cuidados intensivos, pediátricos y coronarios, para Ciudad Bolívar hecho que todos aplaudieron y que después fue materia de investigación dentro del llamado “carrusel” de su administración.
Las expectativas, al inicio del gobierno actual eran enormes para los trabajadores, el secretario de Salud que inició, este mandato en sus sucesivas audiencias públicas, y el mismo alcalde, prometieron con “bombos y platillos”, el ingreso a la planta de personal, de todo el personal asistencial y misional (como lo manda la Ley 1438) y terminar la obra de la segunda torre, como estaba planeada. Sin embargo, esta administración que se está acabando va a quedar con las mismas promesas incumplidas de siempre.
Tal parece que la suerte del Hospital de Meissen, la comunidad vulnerable de Ciudad Bolívar y sus trabajadores, responde más a intereses mezquinos del burgomaestre de turno y, sus necesidades son usadas más como un trampolín y tribuna, de resonancia politiquera y malabares retóricos, para cometer abusos de poder, malos manejos y corrupción. Antes que de verdad implementar, una solución que se ajuste a los intereses comunitarios.
JACKSON MURILLO
Hospital Meissen