Tras treinta años de implementación del modelo neoliberal, el mundo vive una profunda crisis social, con grandes tensiones geopolíticas; en el último año la ralentización económica mostradas por las cifras dadas por los distintos organismos multilaterales, OCDE y ONU, avizoraban para el 2020 la llegada de una profunda crisis que desembocaría en una nueva recesión mundial.
Esta situación descrita, fue precipitada y agudizada con la aparición del Covid-19, llevando a la economía neoliberal a desnudar sus grandes falencias democráticas, sociales y económicas. La crisis dejó claro que la privatización de los servicios públicos, la banca, la salud, entre otras, no permite satisfacer y garantizar a la población sus necesidades; los pueblos del mundo, incluyendo las grandes potencias mostraron el alto desempleo, el trabajo sin condiciones dignas, la alta informalidad y una ciudadanía con muchas necesidades insatisfechas, entre ellas los servicios públicos y la salud.
La reunión, del Buró de la CSI de 2020 programada para Roma, se desarrolla virtual, en un contexto de crisis que afecta a la población mundial, a los trabajadores y a la economía. Es claro que el actual sistema económico hizo crisis y que llevó a la pobreza mundial de las mayorías; esta parálisis mundial, ocasionado por la pandemia, deja claro que la riqueza la producen los trabajadores, por tanto, corresponde a los trabajadores asumir un actuar socio político, para desarrollar propuestas e impulsar acciones que permitan alcanzar estados garantes de la justicia social y los derechos humanos de primera, segunda y tercera generación
En este escenario, la contradicción está dada entre el derecho a la vida o el desarrollo económico, quedando en entre dicho la salud de los pueblos, es éste el centro del debate; queda claro que no existe mano invisible que regula la sociedad, al contrario, se pone de presente la discusión en la reformulación del papel imprescindible del estado frente a los ciudadanos, como responsable de los derechos básicos, salud, servicios públicos, educación; reconsiderar las relaciones laborales, que hoy tiene al 94% de la mano de obra en condiciones indignas[1] y algunos bajo la modalidad de esclavitud moderna.
Llego la hora de reclamar seguridad social universal, el pleno respeto de derechos, sin focalizar beneficios; un modelo fiscal, en el que, “quien tiene más, pague más”, de tal forma que se disminuya la desigualdad social. Garantizar las libertades y derechos ciudadanos permitiendo que la población tenga la posibilidad de decidir, no solo con el voto, sino en distintos escenarios; los trabajadores deben influir en las decisiones sociales y políticas; se debe acabar con las odiosas discriminaciones de las minorías, los migrantes y de género; garantizar condiciones dignas para los campesinos y trabajadores en general.
Desarrollar el plan estratégico aprobado en Copenhague[2], es urgente en medio de esta crisis, pero debe considerar la sustitución del modelo económico neoliberal que mostró, a todas luces, su fracaso. El estado debe retomar su papel soberano, con autonomía económica, garante de la soberanía alimentaria, controlando las empresas estratégicas, los servicios públicos, la salud y la banca; redistribuir la riqueza entre sus ciudadanos y fortalecer la ecología del planeta y ser garante de pleno empleo.
Lo anterior redundaría en la consecución de metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible[3] garantizando la paz, la justicia social, los derechos, sociales y económicos dentro del respeto al medio ambiente.
Bien vale la pena denunciar y rechazar las medidas de control social que se ensayan, con ocasión de la pandemia y que buscan perpetuar, las cuales, invaden la intimidad y viola la libertad individual de los ciudadanos.
Como consecuencia de lo anterior, la CSI de debe desarrollar una Plataforma de Desarrollo, similar a la elaborada por la CSA[4] y que se plasma en un documento titulado “Plataforma de Desarrollo de las Américas – PLADA- donde se esboza una propuesta integral, con elementos que pueden servir de base para iniciar la construcción de un modelo político, social y económico que devuelva la dignidad a los trabajadores del mundo.
[1] Campaña nuevos frentes y cuatro pilares de acción para 2020. Brúcelas. Octubre 2019
[2] El 7 de diciembre de 2018, se llevó a cabo el 4º Congreso Mundial de la CSI, en Copenhague. Dinamarca.
[3] El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años.
[4] Confederación Sindical de las Américas. Representa a 55 millones del continente. Montevideo. Uruguay