En el marco de la conmemoración del 9 de abril, Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) reafirma su compromiso histórico con la construcción de un mundo justo y la defensa irrenunciable de los derechos humanos. En esta fecha, recordamos el valioso papel del movimiento sindical y el papel histórico de la clase trabajadora en su conjunto, cuyo esfuerzo ha estado orientado hacia la lucha por la justicia, la igualdad y el reconocimiento de los derechos humanos de todas y todos los colombianos.
Reflexionamos sobre la importancia de la memoria colectiva del movimiento sindical, una memoria que ha sido sistemáticamente amenazada por sectores dominantes de la sociedad que intentan borrar los hechos de violencia, los asesinatos selectivos, las amenazas y el miedo. Estos intentos buscan despojar a la clase trabajadora de su historia, su identidad y su capacidad de lucha, haciendo olvidar lo que hemos sido y lo que podemos ser como sujeto colectivo. Las violencias simbólicas también juegan un papel clave en este proceso, pues intentan borrar el sacrificio de tantos compañeros y compañeras que entregaron sus vidas por un futuro mejor, por un país con dignidad y justicia social.
Por eso, desde el accionar de los Derechos Humanos en la CUT, seguimos con nuestras acciones de visibilización y denuncia, tanto a nivel nacional como internacional, contra la violencia antisindical. Hemos ejecutado las tareas centrales consensuadas en el plan de trabajo 2023-2024, gracias al aporte incondicional del equipo nacional (hoy sin permiso sindical), las subdirectivas regionales, los sindicatos nacionales, las federaciones, el comité ejecutivo de la CUT y el apoyo permanente del CAJAR, la ENS, el CSPP, la CCJ, el Centro de Solidaridad y Voces por el Trabajo. También ha sido fundamental la asesoría y el trabajo conjunto con el CONARE, en cabeza de la Secretaria Técnica nuestra compañera Marta Rocío Alfonso. Gracias a esa articulación podemos entregar un balance positivo en materia del trabajo realizado en derechos humanos al conjunto de nuestras organizaciones filiales, a las víctimas de la violencia antisindical y sus familias y a la sociedad.
Logramos acordar una ruta metodológica entre la UARIV, el Ministerio del Trabajo y el CONARE, con apoyo de un equipo de asesoras, lo cual permitió avanzar en la fase participativa de diagnóstico del daño colectivo ocasionado por la violencia antisindical en el marco del conflicto armado. Entre octubre y diciembre de 2024 se realizaron un Encuentro Nacional, un Encuentro Internacional y 7 encuentros regionales. En todos ellos se recopilaron insumos nuevos, material fotográfico, testimonios que han vencido el miedo, conocimos trabajos colectivos, identificamos casos silenciados por el terror y lo más importante, nos reencontramos con compañeras y compañeros sobrevivientes del genocidio al sindicalismo. Los talleres realizados representan un avance significativo para el proceso de reparación.
Hemos venido participando como víctima acreditada ante la Jurisdicción Especial para la Paz en el Macrocaso 08, en los espacios pedagógicos sobre la estructura y funcionamiento de la JEP, la protección y autoprotección, y herramientas psicosociales para las víctimas participantes y se ha participado en las diligencias (audiencias) convocadas por la JEP.
Conseguimos desarrollar con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Cátedra Abierta “Perspectivas del movimiento sindical colombiano: democracia, derechos humanos y construcción de paz desde la perspectiva de género”, monitoreo e investigación sobre la situación de derechos humanos, interlocución y articulación para las garantías a defensores y defensoras sindicales, entre otros.
Entre el 9 y el 22 de marzo, se realizó en Colombia la XXI Visita Asturiana con la presencia de aproximadamente 20 delegados, quienes realizaron un recorrido por varias regiones del país, verificando en el terreno la realidad que viven las comunidades, y en especial, los firmantes de paz, la dirigencia sindical, social y popular, las relaciones con las autoridades locales, regionales y nacionales responsables de garantizar el respeto por la vida, los derechos humanos y el bienestar que genera un estado de derechos. Como Central, participamos en el desarrollo de la agenda visibilizando la realidad y las condiciones en las que nuestros miembros y su dirigencia nos enfrentamos para exigir, defender y proteger nuestros derechos como trabajadores, sujeto social y comunitario.
Nuestras diversas formas de lucha y ejercicios de memoria histórica son actos de resistencia frente al olvido impuesto. Exigimos justicia, reparación colectiva y garantías de no repetición para las víctimas de violencia sindical. El olvido y la desarticulación del tejido social en los territorios no son opciones viables para el país.
La CUT está convencida de que la construcción de la verdad, la memoria, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición para el sindicalismo colombiano es un proceso complejo y largo, que no puede entenderse solo en términos administrativos, sino como una práctica permanente de movilización social y popular. Este proceso requiere grandes esfuerzos de unidad y acción. Hoy, más que nunca, seguimos luchando por la reparación integral de las víctimas y por la construcción de un país en el que la clase trabajadora sea respetada, reconocida y valorada.