Camacho trae a colación los asesinatos de Álvaro Gómez Hurtado y de Luis Carlos Galán, y los atentados contra Álvaro Uribe Vélez en Barranquilla, en plena campaña presidencial, o contra el actual Ministro de Vivienda Germán Vargas lleras. Todos con un manto de oscuridad a su alrededor, especialmente, porque la misma justicia demostró que todos los atentados contra Uribe fueron orquestados por agentes del Estado y todos los utilizó él mismo para su beneficio.
“Han dejado en claro que ellos no tienen ningún recato en poner en peligro la integridad de sus propios cuadros para obstaculizar cualquier proceso de diálogo y profundizar la guerra. El pueblo colombiano tiene que seguir manteniendo una posición de defensa de los procesos de paz y la salida dialogada al conflicto armado”. En cuanto a la guerrilla, él reitera que debe dar muestras necesarias para iniciar los procesos de paz.
Si existen dudas sobre si Uribe está utilizando el atentando a su favor, Camacho recuerda de que el “séquito” uribista, encabezados por el propio Londoño, antes de que se votara el marco para la paz en el Congreso, salieron a repudiarlo. Además, el politólogo Alfredo Rángel, batallador ‘furibista’, “despotricó” en el programa Hora 20 en la noche del martes, del marco jurídico para la paz.
Tras el atentado son muchos los combatientes de extrema derecha que utilizarán el miedo de un país, aún atemorizado por la cruda época del narcoterrorismo de los 90, para revivir la seguridad democrática, que tiene al país en la inseguridad en que actualmente está. Camacho cierra con una frase para rememorar: “No se puede tratar de engañar a la población, la salida militar no resuelve el conflicto armado del país”.
