{image}http://eldia.co/images/stories/090412/006.jpg{/image}“No hay un problema mundial de drogas: hay problemas nacionales que deben ser respondidos en términos nacionales, porque uno de los trucos sobre los cuales se ha basado el sistema internacional ha sido hacernos pensar que el problema es global, que la respuesta es global, y que nadie puede poner en tela de juicio ese paradigma internacional”.
La frase anterior es del ex zar antidrogas de Perú, Ricardo Soberón Garrido, quien dimitió a su cargo por presiones de Washington. Se da ad portas de la ‘Cumbre de las Américas’, que promete poner el tema en la mesa y donde los países latinoamericanos hablan de legalización de la droga, pero Estados Unidos parece no estar dispuesto a cambiar su política de represión.
Soberón Garrido es un reconocido analista internacional en asuntos de drogas y seguridad, profesor de la Universidad de Lima y experto en geopolítica regional del narcotráfico. Participará como ponente en uno de los foros temáticos organizados por la ‘Cumbre de los Pueblos’. Su tesis es que la política contra el comercio ilegal de estupefacientes es un verdadero fracaso y planteará alternativas en la concepción de una política latinoamericana para enfrentar el problema de las drogas hasta ahora ilegales.
La visión de Garrido es que “nuestras democracias y nuestras instituciones se han deteriorado como consecuencia de la política represiva”. Haciendo referencia a que la sociedad latinoamericana ha sufrido demasiado por la batalla contra este negocio, cuando en realidad el aparato empresarial y militar de los Estados Unidos promueve su permanencia. “En el terreno militar estamos evidenciando un proceso de privatización de la guerra, particularmente en América Latina. Organizaciones y agencias de seguridad y de orden público del aparato tecnológico militar de Estados Unidos están interesadas en alimentar a las fuerzas armadas y policiales de nuestros países”.
Contrario a la postura norteamericana, propone que cada país adopte “decisiones autónomas e independientes en la materia (…) El peso de la guerra es soportado por países pobres mientras la cooperación internacional sigue retrocediendo a cambio de políticas neoliberales que han ayudado a cimentar las bases de la concentración de la tierra, apertura de mercados de materias primas, la desregulación del sistema financiero, elementos todos que han favorecido el narcotráfico”. Por ejemplo, en Colombia, el analista señala que “al no haber abordado los problemas de concentración de la tierra y la existencia de mafias locales, se ha impedido resolver los problemas estructurales”.