Él se refirió al atentado contra el ex ministro Fernando Londoño. “Entendemos y cuestionamos que el modus operandi y la estrategia del gobierno sea ofrecer recompensas, porque estas recompensas han sido el caldo cultivo para fabricar falsos positivos contra defensores de derechos humanos, organizaciones sociales, y se prestan para manipular las investigaciones”.
Para Ávila, resulta extraño que mientras la insurgencia propone marcos para la paz, días después surja este atentado. “Aquí no se puede descartar la mano oscura de la extrema derecha o de agentes paraestatales como se ha producido antes”.
La bomba estalló el día en que entra en vigencia el TLC, así que podría considerarse como “una estrategia para desviar la atención y aumentar el odio que se vive en el país”.
Oscary Ávila hace caer en cuenta que mientras 64 líderes defensores de derechos humanos han sido objeto de amenazas y muchos de ellos han muerto, los medios de comunicación sólo se fijan en un ex ministro “pareciera que el único dolor es por funcionarios o ex funcionarios del gobierno, la muerte de los líderes sólo les duele a sus familias”.