{image}http://eldia.co/images/stories/290312/004.jpg{/image}La selección del nuevo rector causó un amplio rechazo al interior de la Universidad Nacional. La opinión de la comunidad académica, sobre la que realmente incide esta designación, no fue tenida en cuenta y se perfila un ambiente de represión al interior del claustro.
Carlos Medina Gallego, profesor de la Universidad Nacional, describió las características internas de que por qué tan “profunda insatisfacción”. “La Universidad se siente burlada por la forma en que fue desconocida la consulta interna. Una consulta que le dio el respaldo mayoritario al profesor Leopoldo Múnera con casi 5.500 del estudiantado y 650 de 1.700 de los maestros”. Él hace alusión a que, previa a la elección del rector, hubo una consulta interna para saber la opinión del cuerpo académico, sólo que esta no se tuvo en cuenta.
No es de extrañar la “absoluta desilusión”, de los aspirantes Múnera era el más reconocido, respetado y con mayor experiencia y capacidad comprobada. En consecuencia, se cree que Ignacio Mantilla, nuevo rector, es un “títere” al servicio de los intereses oficiales que rodean a la universidad pública más importante del país. Hay que agregar que Moisés Wasserman, el rector saliente, tampoco contaba con mucha aprobación del estudiantado; se pensó que con el cambio, las cosas también podrían cambiar. Se equivocaron.
Medina Gallego la calificó como una “irresponsable decisión del Consejo Académico. La decisión de colocar a Mantilla constituye una burla para la comunidad académica, posiblemente porque las reglas de juego estaban señaladas por el Consejo. La comunidad guardaba la esperanza de que la gobernabilidad de la Universidad se pudiera garantizar”.
A partir de ahora se prevé un ambiente crítico con manifestaciones de inconformidad. Mantilla no es una buena señal para la constitución de un ambiente democrático en los procesos de este semestre y las discusiones de la reforma a la Ley 30.