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Carta al Doctor Rafael Pardo, Ministro de Trabajo

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{image}http://imagen.eldia.co/cache/logos/cut_595.jpg{/image}Bogotá D.C, diciembre 17 de 2012

Doctor
RAFAEL PARDO RUEDA
Ministro de Trabajo y Presidente de la
Comisión Permanente de Concertación de
Políticas Salariales y Laborales
Ciudad

Respetado Ministro:

En nombre del  Comando Nacional Unitario,, hacemos conocer las razones que consideramos fueron determinantes para no alcanzar acuerdo en torno al incremento del salario mínimo para el año 2013, en el seno de la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, pese a la voluntad política de las centrales sindicales.

Las centrales asistieron a todas las reuniones de la Mesa con el firme propósito de construir el acuerdo que permitiera incrementar el salario mínimo para el año 2013. En esta perspectiva llevamos a la mesa una propuesta que consideramos era la que correspondía a un ajuste de salarios teniendo en cuenta lo dispuesto por la H. Corte Constitucional en la Sentencia 815 de 1999, en el entendido que si bien  es cierto, en caso de no producirse consenso en la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, el Gobierno deberá motivar el decreto atendiendo con el mismo nivel e incidencia, además de la meta de inflación del siguiente año los siguientes parámetros: la inflación real del año que culmina; la productividad acordada por la Comisión Tripartita que coordina el Ministerio del Trabajo; la contribución de los salarios al ingreso nacional; el incremento del Producto Interno Bruto (PIB); la especial protección constitucional del trabajo (art. 25 de la C.P); la necesidad de mantener una remuneración mínima vital y móvil (art. 53 C.P.); la función social de las empresas (art. 333 C.P.) y los objetivos constitucionales de la dirección general de la economía a cargo del Estado (art. 334 C. P.), en especial en el sentido de asegurar que todas las personas, en especial las de menores ingresos tengan acceso a los bienes y servicios básicos.

Desde el CNU, reconocemos que el Gobierno debe expedir el decreto fijando el incremento sobre el salario mínimo cuando no se produzca acuerdo, pero consideramos que la Corte Constitucional, en su pronunciamiento sobre la constitucionalidad del artículo 8° de la Ley 278 de 1996, condicionó la decisión a que el Gobierno tenga en cuenta los preceptos esbozados, pero ello no indica que estos elementos no deben ser tenidos en cuenta en la discusión en torno a la fijación del salario mínimo, precisamente por cuanto son fundamentales en todo sentido y constituyen el núcleo esencial de la decisión y parte estructural de la construcción del acuerdo y son el mínimo que se debe tener en cuenta, es decir, los empleadores y el gobierno no pueden, simplemente abstraerse de estos elementos, sino que en torno a ellos es que debe darse la discusión, en la medida que son los mínimos básicos que no pueden ser desconocidos en el evento de tomarse una decisión por fuera de la mesa de concertación, pero nos los excluye del análisis.

Sin ninguna duda, la tozudez de los hechos demostró que no era cierto que un incremento del salario mínimo, por encima de la inflación producía un aumento del desempleo, así como tampoco que se generaría incremento del índice de precios al consumidor, por el contrario, con una inflación causada para el año 2011 de 3,73 y un incremento del salario mínimo de 5,9% incluido el auxilio de transporte, el desempleo se sitúa por tres meses consecutivos en cifras de un digito y la inflación no pasará del 3% según las cálculos del DANE.

En todos los escenarios se dice que la economía va bien, pasamos a producir un millón de barriles de petróleo al día, se beneficia como nunca al sector productor, como sucede con el proyecto de reforma tributaria, que ahorra costos a la nómina del orden de 6.7 billones de pesos, a partir del año 2013 y éstos, sin embargo, demuestran que una inexplicable indolencia cuando se trata de proponer una cifra como incremento del salario mínimo, incluso desconociendo las cifras que fueron presentadas por el equipo económico del gobierno en cabeza de Planeación Nacional y Ministerio de Hacienda. En primer lugar, las cifras que sirvieron de base para calcular la productividad en la comisión tripartita fueron de una inflación esperada del 3%; un producto interno bruto de 4,8% que sirvió de base para calcular el aporte del trabajo en el PIB, arrojando que el aporte fue de 2,78% mientras que el del capital apenas llegó a 2,01%.

Por su parte la productividad se calculó en 0,71%, cifra que medianamente permitiría concluir que ésta más la inflación esperada y la proyectada, sin duda permitirían que el acuerdo estuviera cercano a las cifras que propusieron las centrales obreras.

Estamos convencidos de la necesidad de profundizar la democracia en espacios como la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, pero posiciones indolentes como las que manejaron los empleadores en la mesa, no permiten la construcción de acuerdos y parecen jugarle a al debilitamiento de un escenario tan importante, dejando demostrado que el dolor del pueblo les es absolutamente indiferente.

De igual manera en relación con la crisis financiera, que no de producción, por la que vienen atravesando los países de Europa y los Estados Unidos, hemos sostenido que es hora de abordar los problemas con la seriedad que merecen y arriesgarnos a tomar decisiones que se salen de la lógica ortodoxa de los economistas tradicionales y se empiece a trabajar en una verdadera política de generación de empleo, empezando por la sustitución de importaciones con producción nacional como sucede con el sector agrícola y ganadero así como del fortalecimiento de la industria nacional, además del fortalecimiento de la infraestructura para el desarrollo. En estos momentos es donde toma mayor relevancia aquel axioma que predicaba que en una sana economía solo se exportan excedentes de producción y que se debe atender primero la demanda interna.

No podemos dejar de lado que el consumo interno de nuestro país se encuentra un poco por debajo del 70% del PIB, lo que significa que el musculo del desarrollo nuestro no está en la exportación sino en el mercado local. Por ello hemos insistido en la necesidad de un incremento generoso de los salarios de tal forma que ello incremente la demanda y podamos mantener niveles de crecimiento importantes.

Por lo tanto, dejamos constancia que no fue responsabilidad de los representantes de los trabajadores en la mesa de concertación, en el logro de un acuerdo, ahora el que no se haya concertado fue motivado por lo inaceptable de la propuesta de los empresarios en contubernio con el Gobierno.

Una vez concluido este proceso, estamos dispuestos a acudir a los escenarios correspondientes para retomar la discusión de la agenda laboral, en temas de trascendencia para la clase trabajadora y seguimos expectantes en que el Ministerio del Trabajo asuma el rol para el que fue creado, defender los intereses de los trabadores y trabajadoras.

Así mismo expresamos ante la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, que desde el Comando Nacional Unitario le estamos exigiendo al Gobierno Nacional el cumplimiento de los acuerdos suscritos con las centrales obreras y de manera muy especial el de diciembre de 2011.

Sin otro particular, hacemos propicia la oportunidad para saludarle.

Cordialmente

CUT

DOMINGO TOVAR ARRIETA
Presidente

LUIS ALEJANDRO PEDRAZA B.
Secretario General

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