Lo mismo se hizo con la ley 50/90, que pretendió crear cinco millones de empleos y la ley 789/02 que pretendió crear un millón de empleos. Los resultados sobre el empleo son inciertos, lo evidente es que los empresarios se embolsillaron billones de pesos.
Hoy se pretende disminuir los impuestos al capital en el 13.5%, lo que significa que a partir del año entrante, dejarán de tributar 3.6 billones de pesos y así los subsiguientes.
Para compensar esta diminución en el ingreso nacional, se gravará los salarios superiores a cuatro salarios mínimos legal vigente, con el 1%, lo cual significa un incremento en el recaudo del año siguiente en 4.7 billones de pesos. Es decir, esta reforma es regresiva e inconstitucional, ya que grava a quienes menos tienen. Es decir, no es equitativa, los impuestos a la ganancia ocasional bajan del 30 al 10%, así mismo, los dividendos (ganancias de los accionistas de las empresas) continúan sin pagar impuestos.
Esta reforma agravará la inequidad en la distribución del ingreso y, sin duda, no incrementará el empleo ni disminuirá la informalidad laboral que hoy bordea el 62% de la Población Económicamente Activa.
Los perdedores con esta reforma son los sectores bajos y medios de la población, el Sena, el ICBF, cuyo presupuesto será incierto a partir del año siguiente.
La CUT llama al Congreso de la República a cumplir la Constitución Política, que los impuestos sean progresivos, que los que más tienen más pagan. Llamamos a los trabajadores y ciudadanos a movilizarse contra esta nueva agresión del gobierno nacional.
DOMINGO TOVAR ARRIETA
Presidente
WITNEY CHAVEZ SANCHEZ
Secretario General