Los medios de comunicación han convertido los casos judiciales en telenovelas extendidas palmo a palmo en noticias o transmisiones en directo. Dos casos para la muestra, el caso del estudiante Uniandino Luis Andrés Colmenares, conocido por todos los colombianos y para el que todos los días hay una declaración o una entrevista nueva; o el de Alirio de Jesús Rendón Hurtado, alias «el Cebollero», quien está vinculado a una investigación por lavado de activos.
En medio de los alegatos de defensores y acusadores están los peritos, los investigadores del Instituto, muchos de ellos afiliados a Sindemedilegal. Sus métodos y técnicas son cuestionados sin conocimiento por la opinión pública. Al respecto, Calvache sostiene: “Hay escenarios precisos establecidos en la ley para contravertir los informes de los peritos forenses, no la opinión publica para guiar u orientar hacia determinado lado las investigaciones judiciales”.
Los intereses que giran alrededor de los casos parecen querer armar tormentas que conduzcan la decisión del juez hacia un lado o el otro; esto mismo sucede en los casos que involucran a políticos, como el caso AIS. Es una estrategia que consiste en minar la credibilidad de los expertos para manipular los juicios. En otras palabras, es la influencia en la justicia a través de la noticia convertida en chisme.