“Hemos oficializado anomalías que se dieron en el proceso de votación porque en una buena parte de la oficina, según información de trabajadores, personal directivo de Finamérica orientó de manera paralela y simultánea a que se realizaran asambleas que, supuestamente, eran expresión autónoma y voluntad de los trabajadores para votar entre la alternativa de huelga y no huelga. Logaron su cometido, que los trabajadores no votaran en el proceso legal que estábamos realizando en presencia el Ministerio de Trabajo”, informó Javier López, negociador con el Banco Finamérica.
A pesar de la legitimidad del proceso democrático, el “saboteo” de la compañía derivó en que no se alcanzó a tener el mínimo de votación requerida, la mitad más uno de los trabajadores con contrato laboral, para tomarse una decisión legal. En estos casos, el Código Sustantivo del Trabajo dice que se debe recurrir obligatoriamente a Tribunal. Por ello, ahora el sindicato está a la espera del aval del Ministerio de Trabajo para dar inicio al Tribunal de Arbitramiento. Irónicamente, en el conteo de los votos ganó la huelga.