{image}http://eldia.co/images/stories/240112/002.jpg{/image}La compra del 51% de Colpatria por parte de la firma canadiense Scotiabank puede considerarse como buena para la inversión en el país, lo que no resulta conveniente es la política del Gobierno de atraer inversión extranjera entregándole la economía nacional.
La semana anterior el banco canadiense adquirió un 51 % de Colpatria en un costo de mil millones de dólares. La transacción contó con el beneplácito del Presidente de la República y el Ministro de Hacienda. En realidad, Colpatria necesitaba la inyección de capital.
Luis Jiménez, fiscal de la Unión Nacional de Empleados Bancarios (Uneb) seccional Barranquilla y dirigente de la Central Unitaria De Trabajadores (CUT) del Atlántico, se refirió a esta operación financiera. Para él, resulta importante que una firma que se mantiene sostenible a pesar de la crisis financiera mundial, y que además hace presencia en 13 países en América Latina, vea a Colombia como “una plaza para invertir y obtener grandes ganancias, teniendo en cuenta la alta intermediación que existe entre la captación y la colocación”.
El conflicto se presenta cuando el Gobierno, en su afán por captar inversión, otorga demasiadas concesiones. En los últimos años, el sector financiero es el que más ganancias ha dado en Colombia, teniendo en cuenta las garantías que le otorga el Gobierno en su práctica del modelo neoliberal que viene desde Uribe y continúa con Santos. El sector financiero se han consolidado en el país y ha formado una especie de monopolio, por lo tanto, esas garantías a la inversión extranjera se hacen en detrimento de los intereses del pueblo y de los trabajadores de Colombia.