La protesta inició la semana anterior. Era totalmente pacífica contra la falta de compromiso social por parte de esta empresa, caracterizada por extraer recursos naturales y no cumplir con sus obligaciones con la población. El sábado pasado subió el alcalde a Alto Neblinas y se comprometió a que Pacific Rubiales y Cepcolsa se sentaran el martes a las 8:00 de la mañana para negociar y resolver la problemática que se viene presentando.
No obstante, según órdenes del Alcalde, a las 5:00 de la mañana de ese día llegó la fuerza pública con los antimotines, disparando gases lacrimógenos y sus armas de fuego. Atropellaron a la población civil y a los indígenas; apresaron a Ricardo Landaeta, uno de los líderes comunitarios, golpeándolo, y a Carlos Chaparro, dueño del hotel de Alto Neblinas.
Por estos inconvenientes, la comunidad levantó la protesta y se replegó en el pueblo. “Como se sabe esto es manejado con plata por Pacific Rubiales y Cepcolsa. Actualmente nos han tenido aislado, la policía no nos ha dejado pasar y nos tiene bloqueado”, relató Germán Riaño, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Nuevo Horizonte de Puerto Gaitán (Meta).
A la fecha, la comunidad, aún con miedo, se limita a pedir que los líderes sean liberados, pues de Landaeta sólo han escuchado que “está mal herido, pero no se sabe de su condición”. En el Alto Neblinas permanecen los indígenas. Mientras, el alcalde no se ha pronunciado. Aparecieron panfletos acusando a los líderes de la protesta de narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros. Incluso, el líder de los trabajadores salió corriendo a la hora de la arremetida y dos días después “solo sabemos que está corriendo en la sabana, no sabemos qué ha pasado con él”.