Durante los últimos tres añosla Balanza Comercial tan solo fue positiva en 1.950 millones de dólares, de los cuáles el 68% de las ventas colombianas al extranjero fueron materias primas y recursos naturales no renovables, al mismo tiempo que el 68% de lo que compramos al mundo fueron bienes industriales y de capital con alto valor agregado. Ninguna economía del planeta resiste comprar Tablet´s y smartphone´s pagando con flores y carbón. La realidad colombiana es prueba de esto: la Cuenta Corriente, durante este mismo periodo, presenta un déficit de casi 30.000 millones de dólares, financiados con sobreexplotación de la mano de obra y deuda externa que ya sobrepasa los 80.000 millones de dólares. Entonces ¿cuáles son los beneficios del libre comercio?
El TLC con Corea del Sur es especialmente lesivo a los intereses nacionales. La industria automotriz, autopartistas, de electrodomésticos, electrónica, petroquímica y textil y confecciones genera más de 165.000 empleos directos, que tendrán que competir en igualdad de condiciones con la poderosa industria surcoreana. Los supuestos beneficios de los que habla el gobierno de Santos es que las importaciones de Hyundai, Samsung, LG y Kia, en reemplazo de los trabajos colombianos, serán pagadas exportando café, chatarra, ferroníquel, globos de látex, caramelos y bombones, que es el 90% de lo que vendemos a Corea.
Las economías más desarrolladas se encuentran en una crisis sin precedente que ha motivado a amplios sectores de su sociedad a condenar el neoliberalismo, y a sus gobiernos a adoptar medidas proteccionistas para evitar un colapso mayor. Mientras esto ocurre, Santos juega al papel salvador de esos países,hundiendo a Colombia en el atraso científico y tecnológico.
Las centrales sindicales de Colombia, unidas en torno a la defensa de la producción y el trabajo de los colombianos, manifestamos profunda preocupación y total rechazo a la aprobación de un TLC con Corea del Sur, en el cual nuestra economía no tiene ninguna posibilidad de ganar. Exhortamos al Congreso de la República para que asuma una posición a favor de los intereses nacionales y no se convierta -una vez más- en el verdugo de la industria y la agricultura del país. Conminamos a la mayor unidad del pueblo colombiano para evitar que el gobierno de Santos siga destruyendo el aparato productivo con su dogma del libre comercio.