Concluida la sesión adicional a las determinadas por la agenda para la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, encargada de negociar y concertar, entre otros asuntos, el incremento del Salario Mínimo. El día 16 de Diciembre de 2013, el sector empleador oficializó como “oferta final”, un incremento del 4% para la vigencia del 2014, lo cual significa, estando el salario mínimo del año 2013 en $589.500, un incremento de $23.580 mensuales y diarios de $775,40 pesos (algo menos del valor de una ruta en transporte público colectivo y el 50% menos del costo de una bolsa de leche).
Lo anterior confirma la política de exclusión e insensibilidad plena del modelo económico liderado por el Presidente Santos, que ha demostrado hasta la saciedad su privilegio por la concentración de la riqueza nacional en las transnacionales y grandes gremios empresariales colombianos, a quienes en la mesa de concertación, la CUT les hizo la siguiente cuenta: la generosidad del Gobierno les ha significado reducir el pago de parafiscales ahorrándose el 13,5% del valor de las nóminas, pues los exoneraron del 2% del SENA, el 3% del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF y a partir del primero de enero del 2014, el 8,5% de la cuota obligatoria del Régimen Contributivo de Salud, lo cual les representa a los empresarios, ingresos superiores a 7 billones de pesos, que se sumarán a sus ganancias y utilidades. (Comunicado Público CUT, 13 de Diciembre de 2013), mientras a los trabajadores y pensionados se les mantiene con rigor sus cotizaciones sin beneficio similar al empresarial.
Frente a las observaciones de la CUT, el gobierno y los empresarios, no se ruborizan y contraponen como posición la fementida tesis de siempre desde su concepción neoliberal, que el salario mínimo es “factor de inflación” y por lo tanto debe restringirse su incremento a la inflación causada, luego, si la tendencia y la política no cambia cuando la inflación llegue a 1% o al 0,5% que son las metas propuestas, ese será entonces el incremento al mínimo y qué decir de la inmensa mayoría de trabajadores y trabajadoras de la población activa que pertenecen al sector informal, sin acceso a un mínimo vital; la consecuencia lógica, ya lo dijimos, será mayor agudización de la inequidad social y mayor concentración de la riqueza nacional.
Todas las demás cifras que se conocieron por los medios de comunicación y que se trabajaron en la Mesa de Concertación, tanto por parte de empleadores, gobierno y trabajadores son historia; solo queda la reflexión de cuál es realmente el papel de la Comisión de Concertación como garantía constitucional, cuando es el Gobierno y los empresarios quienes soslayan el tripartismo, se unifican en armonía de sector contra los trabajadores y finalmente imponen por decreto su decisión.
NUEVAMENTE GOBIERNO Y EMPRESARIOS SON MEZQUINO CON LA CLASE TRABAJADORA, LA SALIDA ES CLARA EL POLO DEMOCRÁTICO ES LA SOLUSIÓN